Pese a que Anova no consiguió meter en el orden del día que se votase la conversión de En Marea en partido instrumental de cara al 26-J para garantizar así el grupo parlamentario propio en el Congreso, el debate en el seno de la coalición sigue vivo y centró buena parte de las demandas de los militantes y cargos de Anova que tomaron la palabra durante la asamblea, junto a la reclamación de más transparencia y de mejorar los mecanismos de participación.

Como resultado de los grupos de trabajo constituidos en la asamblea, fueron varias las voces que defendieron que la fórmula jurídica adecuada para ir a las elecciones generales es el partido instrumental. "Por dos razones, va en el sentido de favorecer la constitución de un sujeto político gallego y para garantizar el grupo parlamentario", alegaron.

Otra de las líneas de trabajo fue la de hacer propuestas sobre la estructura que debe tener En Marea. Los participantes, había unos 700 inscritos, coincidieron mayoritariamente en que deben organizarse en asambleas locales y comarcales. Solo hubo alguna voz discordante que considera que son "una coalición" y, por lo tanto, sus socios deben mantener la autonomía creando "mesas de coordinación" allí donde estén representados.

En opinión de los militantes, las principales carencias de En Marea son la "falta de transparencia" y de mecanismos que garanticen una mayor participación de la militancia.

También reclamaron que en las asambles pueda participar libremente cualquier ciudadano y no solo los inscritos en alguna de las tres formaciones que conforman la coalición.

Un miembro de Podemos tomó la palabra, en todo caso, para expresar que es partidario de que su formación concurra en solitario a las elecciones gallegas, lo que se llevó los aplausos de una parte del auditorio.