José Luis Méndez Romeu lleva en política desde que en 1987 accedió al concello de A Coruña, donde ascendió a mano derecha de Francisco Vázquez. Nacido en esa ciudad en 1951 y profesor de profesión, Romeu desembarcó en el primer Gobierno de Zapatero como Secretario de Estado de Cooperación Territorial en 2004 tras una década en el Parlamento gallego, pero un año después fue nombrado conselleiro de Presidencia con el bipartito. Su departamento estuvo salpicado por el polémico coste de parte del mobiliario de la sede de San Caetano. Luego regresó a la Cámara gallega, donde ejerce de portavoz.

¿Es significativo el nivel de apoyos en la recogida de avales?

Mis avales tienen un valor enorme porque se han recogido en solo cuatro días y contra el candidato oficial, lo que expresa un sentimiento de independencia de las bases y el objetivo de recuperar al partido.

¿Dónde han registrado mayores apoyos?

Fundamentalmente en las zonas urbanas, donde es más perceptible el deseo de que el partido recupere el pulso y donde estamos recuperando apoyos, pero también en lugares más pequeños.

¿Existen presiones internas?

No de mi candidatura. Pero me consta que otras personas sufrieron presiones o insistencias para orientar su voto y no a mi favor. Pero no digo a favor de quién.

¿Han sido neutrales la gestora y Besteiro?

Partimos de la evidencia de que hay otra candidatura gestada en un despacho entre cuatro personas. Mi candidatura y la de Gonzalo Caballero suponen una protesta contra el modo de actuar del aparato porque resta libertad a las bases. También es un voto con la esperanza de unidad del partido.

¿Integrará al perdedor en su equipo?

Siempre he reivindicado la unidad tras este proceso y la talla intelectual de Leiceaga, pero ya veremos.

¿Qué aporta frente a su adversario?

Evidentemente, experiencia de gobierno dilatada y talante para encajar.

¿Pactaría con En Marea si el PSdeG es tercera fuerza?

Es que no vamos a ser la tercera fuerza. Debemos ofrecer una alternativa a la ciudadanía y que sea el resto de grupos que deseen un cambio el que se tengan que acercar a nosotros, y no nosotros a ellos.

¿Favorito para la secretaría xeral?

No entro en esa batalla orgánica.

Defina a sus rivales.

¿Feijóo? Agotado. ¿Beiras? Su tiempo ya pasó. ¿Mareas? Equivocadas. ¿Podemos? Farsa.