El culebrón sobre las tensiones internas de En Marea no ha concluido tras el acuerdo alcanzado el martes entre sus socios para concurrir otra vez como coalición a las elecciones generales del 26 de junio. Anova cedió en su pretensión de crear un partido instrumental para maximizar las opciones de tener grupo propio, pero la última palabra la tienen sus militantes. Estos decidirán si se reedita la alianza en esos términos a través de una consulta la próxima semana, por lo que se mantiene el riesgo de que se rompa la marca que superó los 408.000 votos el 20-D y debutó con seis escaños en el Congreso.

La formación de Xosé Manuel Beiras evitó ayer dar por cerrado el pacto con Podemos y Esquerda Unida al emitir un comunicado en que no solo deja en manos de sus militantes la decisión final, sino que limita su firma en el acuerdo de coalición a la necesidad de "salvaguardar el espacio de confluencia". El plazo legal para el registro concluye mañana. "A pesar de eso, aún queda plazo hasta el día 23 para poder escoger otra fórmula", añade, a pesar de la negativa de sus socios.

Además, Anova tendrá en cuenta el "sentir" que palpe en la asamblea que En Marea celebra el domingo -quinto aniversario de la protesta del 15-M-, en la que sus socios han bloqueado la opción de votar fórmula jurídica o listas.

La creación de un partido instrumental permitiría, según Anova, la adscripción individual y un funcionamiento blindado a las cuotas de los partidos. "En Marea es un proyecto de continuidad con el que se siente comprometida, pero entiende que este debe ser democratizado y abierto a la ciudadanía gallega, pues ese fue el compromiso adquirido el 20-D", indica.

Anova también marca distancias con sus socios al someter la confección de sus listas a primarias de nuevo, consulta que rechazan Podemos y Esquerda Unida. EU ya situó en diciembre a Yolanda Díaz de número 2 por A Coruña sin ningún tipo de consulta a las bases un año antes de que concluyese su periplo en el Parlamento gallego. Luego las bases de En Marea votaron listas plancha.

El proceso para repetir alianza ha evidenciado la fragilidad de la unión, sumando semejanzas con AGE, que del éxito electoral de 2012 pasó a deshacerse en crisis internas por la divergencia de estrategias de sus respectivos integrantes. El objetivo de los socios de En Marea es diferente, aunque las metas políticas sean similares.

Podemos pretende fortalecer la confluencia, pero impulsando el protagonismo de su marca. Además, la creación de grupos parlamentarios de Galicia, Valencia y Cataluña reduciría el poder de Pablo Iglesias, líder de la formación, para negociar un posible pacto de gobierno con el PSOE. Por su parte, Esquerda Unida se siente fuerte tras el pacto estatal, en el que ha tenido un papel importante Yolanda Díaz, muy cercana a Pablo Iglesias. Mientras tanto, Anova desea crear un sujeto político nuevo que, al ser partido, podrá funcionar de manera más autónoma y evitar los problemas surgidos en En Marea en apenas unos meses. Un ejemplo. La portavoz de la alianza, Alexandra Fernández, se enteró de la presencia de miembros de su grupo en alguna rueda de prensa de Podemos por la televisión, según las fuentes consultadas.

La sumisión a las fuerzas estatales alimentaría las críticas del BNG a sus antiguos compañeros, extremo que irrita a Anova, que, a cambio de las actuales cesiones, habría logrado que las mareas municipales, impulsadas por la Marea Atlántica de A Coruña sean un afluente del proceso ya en marcha. El primer aspecto podría restarle votos nacionalistas a la izquierda rupturista.

En principio, En Marea no peligra, sobre todo por la cercanía de las elecciones autonómicas, pero la estabilidad posterior al paso por las urnas resultará frágil de seguir así las cosas. Para no alimentar los problemas internos, Podemos, Anova y EU sopesan aparcar los textos relativos a la regulación de su funcionamiento de cara a los comicios gallegos de octubre, según las fuentes consultadas. Estos deberían formar parte de un paquete de documentos que se aprobará en la asamblea de En Marea del domingo, pero previsiblemente solo recibirán luz verde textos generales de carácter programático. La decisión no está cerrada.

Al proceso se refirió ayer la mano derecha de Beiras. El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, reivindicó las cesiones de los suyos en aras de un bien mayor. "La confluencia es un proceso muy complejo [...], yo entiendo que están haciendo concesiones por el bien común y por una posición de común denominador", declaró sobre el proceso. "No entro a valorar las posiciones de los demás, pero me consta que en el proceso ha mostrado generosidad y eso va en el ADN de Anova de apostar por la unidad popular, pero no significa que se hagan cesiones de las posiciones, porque los procesos participativos se puede seguir debatiendo", indicó sobre la consulta a sus bases.

Por su parte, el regidor de A Coruña, Xulio Ferreiro, defendió ayer "mejorar" En Marea para lograr una candidatura "fuerte y unida" pero reconoció no sentirse "satisfecho ni no satisfecho" por la reedición de la coalición, sin que se registrarse como partido.