El encargo de dirigir los trabajos de la Comisión de Dereito Civil de Galicia, el exconselleiro Jesús Palmou, confía en que la Xunta retome en algún momento la reforma legal para establecer por norma la separación de bienes y no obligar a un matrimonio, por defecto, a compartir propiedades, ahorros y futuras deudas a partir del momento del enlace. "Bastaría una pregunta durante el enlace para fijar el sistema, igual que el consentimiento para casarse, pero con la fórmula por defendo de separación de bienes", explica sobre la necesidad de introducir un cambio para no alterar la situación de una persona sin que ella así lo demande.

Palmou encabezó el comité que estudió la reforma legal, que primero se topó con dudas jurídicas y, tras el primer parón por parte de la Xunta en 2014, fue retomada el año pasado. Finalmente, el Ejecutivo decidió aparcar el proceso alegando falta de unanimidad en la citada Comisión de Dereito Civil, donde los representantes de los registradores de la propiedad y notarios se mostraron disconformes. La Consellería de Presidencia confió en aprobar los cambios una vez lograse pleno acuerdo. "Confío en que se logre consenso y se retome", añade Palmou, que justifica la necesidad de esa reforma por los cambios sociales experimentados.

Interés social

"Hay interés social en que se ponga en marcha. La coordinadora de la ponencia ya se declaró a favor de que la gente tenga autonomía para decidir su régimen. Si no hay ninguna decisión, lo lógico es no cambiarlo", explica. Entiende que si un matrimonio no especifica que desea compartir los bienes, la administración debe mantener la separación, es decir, no tocar su situación, "Con solo preguntar a los contrayentes se podría especificar que deciden cambiar a gananciales", reitera antes de recordar que establecer por obligación este régimen es anacrónico y procede de tiempos en que la mujer se encontraba en posición de sumisión respecto al hombre. Cree necesario adecuar la ley a los tiempos de mayor igualdad y diversidad en cuanto al sexo entre los contrayentes.

Crecen los divorcios

Los matrimonios ya no son para toda la vida y de media la duración de un enlace oscila entre los 10 y 15 años y las cifras de divorcios no consensuados, que suelen aparejar litigios de varios años de duración, se ha disparado un 140% entre 2009, cuando se alcanzaron 2.973, y el año pasado, en que la cifra llegó a 6.957, según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial.