Los presidentes de Galicia y Euskadi apelaron ayer a la "estabilidad institucional" y a la necesidad de "acuerdos entre partidos" en un momento de dudas a nivel estatal sobre la configuración de un gobierno, que podría desembocar en la repetición de las elecciones generales. Sin embargo, ambos guardaron silencio sobre la convocatoria electoral de este año en ambas autonomías, manteniendo la incertidumbre sobre la fecha elegida. En 2009 y 2012 la cita con las urnas de ambos territorios coincidió.

Alberto Núñez Feijóo visitó ayer a Íñigo Urkullu en el palacio de Ajuria Enea para abordar un encuentro institucional que certificase su sintonía en asuntos de calado para ambas comunidades, como el naval, la demanda de beneficios al Ejecutivo central para las comunidades cumplidoras con el límite del déficit público, el turismo o el reparto de cuotas pesqueras.

Los focos, sin embargo, se centran, además de en los múltiples casos de corrupción y escándalos políticos, en el calendario electoral. Galicia y Euskadi celebran este año elecciones. En 2009, Emilio Pérez Touriño agotó la legislatura y convocó en marzo y el lehedankari Ibarretxe le copió la fecha. En 2012, Patxi López eligió octubre y Feijóo hizo lo propio, adelantando la cita con las urnas cinco meses en Galicia.

Ahora, la sombra del adelanto planea sobre Gaicia mientras crecen las posibilidades de que se repitan las generales el 26 de junio si nadie logra una mayoría para configurar un gobierno antes del día 2 de mayo. Feijóo aún dispondría de dos días de margen para adelantar los comicios y hacerlos coincidir, si bien ya ha insinuado que esa opción está aparcada. Nunca ha descartado esa decisión.

Ambos mandatarios observan signos preocupantes para su continuidad. Tras el varapalo de las municipales del año pasado donde perdió tres alcaldías y dos diputaciones, el PP gallego cayó desde el 52% de votos al 37% en las generales y observó el empuje de En Marea, que debutó con más de 400.000 votos. Mientras tanto, el PNV, que gobierna con 27 de 75 escaños, fue superado en votos por Podemos, aunque logró seis escaños por cinco de este. Desde entonces, tanto En Marea como Podemos en Euskadi se han enredado en cuestiones internas sin aclarar sus candidatos autonómicos.

La única mención política del comunicado oficial de la reunión entre Feijóo y Urkullu -no se produjo intervención pública de ninguno- apostó por la necesidad de "estabilidad", valor que ha ensalzado Feijóo como distintivo de su gobierno, el único con mayoría absoluta a falta de que se someta de nuevo a las urnas. "En lo tocante a la situación política del Estado español, ambos compartieron la necesidad de una estabilidad institucional basa en los acuerdos políticos entre los partidos", indica el documento.

En la agenda, ambos dirigentes, que ya hicieron frente común a favor del tax lease, coincidieron en la necesidad de colaborar contra el "dumping" chino en el sector del acero, que afecta al naval gallego, así como en el ámbito lácteo. También defendieron un "reparto de cuotas pesqueras positivo para todos" y abordaron posibilidades de colaboración en materia turística

Feijóo continuó su visita a Euskadi con un acto con el ministro de Sanidad en funciones, Alfonso Alonso, en Vitoria. En él, consideró "respetable" la petición de comparecencia del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, para explicar la dimisión de José Manuel Soria, titular de Industria, y por primera vez se refirió al resultado de unas nuevas generales, en las que confió en que los ciudadanos opten por un Gobierno "estable", informa Europa Press. En su opinión, el Estado se encuentra en la "peor" situación política desde la Transición, y cree que los políticos actuales son "los más mediocres" desde entonces, ya que muchos de ellos se limitan a intervenir en "tertulias" o a lanzar mensajes por las redes sociales.