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La relación de los jóvenes de 12 a 18 años con las sustancias psicoactivas

Los adolescentes que consumen drogas y alcohol bajan en Galicia y se retrasa la edad de inicio

Los datos apuntan a un cambio de tendencia por primera vez en una década -Mientras en 2015 el 58% de los jóvenes ingirió bebidas alcohólicas este año suponen el 52%

Cada vez menos adolescentes gallegos consumen alcohol y otras drogas, en línea con lo que ya se constataba en 2015 y con lo observado en el Estado. Sin embargo, el último estudio específico realizado con chicos entre 12 y 18 años de Galicia añade este año otra buena noticia: tras una década de reducción en la edad de inicio en el consumo, por primera vez comienza a frenarse e incluso se observa un leve aumento que evidencia "un ligero cambio de tendencia". Por otra parte, se comprueba que existe una "estrecha relación" entre el consumo de alcohol y el uso "problemático o abusivo" de internet, el móvil o las redes sociales. A juicio de los especialistas, coordinados por el psicólogo social Antonio Rial Boubeta, esta relación muestra el carácter "transversal" de los problemas que afectan a los adolescentes y "justifica" abordar la prevención desde la misma perspectiva.

Estas conclusiones proceden de un estudio entre más de 4.000 alumnos de ESO, Bachillerato y FP de la comunidad financiado por el Plan Nacional sobre Drogas y realizado por la Unidade de Psicoloxía do Consumidor e Usuario de la Universidad de Santiago. El equipo coordinado por Rial Boubeta ya dirigió en 2015 una primera fase de la investigación que revelaba una caída en los usuarios de drogas de estas edades que ahora se consolida, pero aún detectaba un adelanto de la edad de inicio. Aunque entonces el ámbito era Galicia y ahora se analizaron centros de Pontevedra y A Coruña, los autores creen que puede extrapolarse "con cautela" el mismo comportamiento a Lugo y a Ourense.

La comparación de ambos análisis muestra que el porcentaje de chicos que probó alcohol en el último mes cae unos 6 puntos, hasta el 32,3%, de modo similar al de quienes lo hicieron en el último año, que baja del 58,7% al 52,1%. También bajan los que se emborracharon en el último año: hasta el 26,6% (desde el 34,4%). Sin embargo, la práctica de consumo intensivo ("binge drinking") aumenta con respecto a 2015 y un 33,1% de los jóvenes bebió en el último año "3 o más bebidas alcohólicas en una ocasión" y un 18,1% ingirió 6 o más. Aun así, el informe apostilla que están por debajo de las cifras estatales (como los niveles de consumo de sustancias en general) y apunta que tras pasar un test para detectar casos de riesgo en la ingestión de alcohol se detecta un descenso en la prevalencia con respecto a 2015 (del 25,7 al 19,8%).

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La caída de consumo se ve en el resto de sustancias: con el tabaco, el 23,4% de los chicos fumó alguna vez en los 365 días previos, y un año atrás lo reconocía un 30,4%. La misma evolución se da con el cannabis -un 14,8% fumó algún "porro" en el último año frente al 18,9% del anterior-, pero los expertos avisan de una prevalencia "ligeramente superior" a la estatal en su consumo "problemático": 3,8% frente a 2,5%. Es decir, unos 5.000 adolescentes gallegos presentan un riesgo elevado de tener problemas asociados a su uso.

El estudio refleja un consumo de cocaína en el último año de un 0,9% y del 1,1% en éxtasis, anfetaminas o alucinógenos. Solo en estas tres últimas drogas se adelanta la edad de inicio en el último año: de los 15,3 a los 14,9 años. En el resto es al revés: en el alcohol pasa de 13,4 a 13,6 (y la primera borrachera llega a los 14,6 en vez de a los 14,5); en el cannabis, el estreno es a los 14,8 (era a los 14,6), y en la cocaína, se sube 14,9 a 15,1. Rial Boubeta destaca cómo la propensión a que las edades de inicio se elevaran "peligrosamente" de forma "constante" está "frenándose" y parece que se comienza a "invertir" la tendencia. En el tabaco la edad de inicio ya se moderó antes, lo que asocia a leyes restrictivas, que también podrían tener que ver con que baje el consumo de alcohol, tras prohibirse el botellón.

Otra conclusión del estudio es que los adolescentes con un uso "abusivo" de internet presentan tasas hasta dos veces mayores de consumo de alcohol y otras drogas: el 65,7% de los que consumieron alcohol hace uso problemático de la red frente a un 48,9% entre los que no tienen ese problema. Igual sucede con las borracheras (39,5% frente a 23,3%); tabaco (35,8% frente a 20,4%); cannabis (23,8 frente a 12,7); éxtasis (2% frente a a 0,8) o cocaína (1,4% frente al 0,7%). Eso revela para los expertos el carácter "transversal" de los problemas que afectan a los chicos y piden un abordaje preventivo similar.

Dinero, amigos y horario inciden en embriagarse

  • Aunque el estudio de la Unidade de Psicoloxía do Consumidor de la USC permite disponer de datos de niveles de consumo en adolescentes y ver su evolución en el último año, Rial Boubeta enfatiza que también se buscaban factores de pronóstico que fueran útiles para orientar el trabajo a nivel preventivo. En ese sentido se detecta una correlación "significativa" de los niveles de consumo con variables como la impulsividad (no ser capaces de controlarse a la hora de beber) y las expectativas que vinculan el alcohol con una mayor facilitación social, diversión, sexo y reducción de la tensión, correlación no tan importante en el caso de la percepción de riesgo (del que son conscientes), la información o el nivel de autoestima.No obstante, Rial Boubeta destaca que aspectos "aparentemente obvios, pero a menudo descuidados", también inciden, como el consumo por parte de hermanos y amigos, la hora de llegada a casa o el dinero disponible. "Tienen un peso mayor de lo que cabría pensar", sostiene Rial Boubeta, para quien el dato debe invitar a la reflexión a las familias, que deben preguntarse con quién anda su hijo, a qué hora llega y cuánto dinero lleva en el bolsillo. Así, los datos muestran que el 51,5% de los jóvenes que se emborrachan llega a casa con posterioridad a las cuatro de la mañana y otro 26,2% de los que lo hacen regresa entre las 2.00 y las 4.00 horas. También permiten constatar que una tercera parte de quienes se embriagan llevan 21 o más euros en el bolsillo. Por lo que respecta a los "pares", las tasas de jóvenes que se emborrachan son cuatro veces mayores si sus amigos beben y dos veces mayores si lo hacen sus hermanos.

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