Es consciente de que su horizonte laboral solo está asegurado para los próximos cuatro años, los que dura la especialidad. A partir de ahí no sabe si podrá continuar con Neurología, desconoce si habrá plazas para el área por la que va a apostar. "Conozco a compañeros con contratos de muy pocos días y los van encadenando; hay más eventualidad y menos estabilidad que antes en el oficio. Es evidente", describe Alberto López. También pide una mejor gestión de las guardias: "hay médicos residentes que se pasan muchas horas; cuando después de la jornada habitual tienen una guardia pueden superar las 30 horas".