Ni los años más fuertes del periodo de bonanza superaron al pasado 2015 en la firma de contratos en Galicia. Un total de 877.834, según la información suministrada por el área de Traballo de la Xunta al Instituto Galego de Estatística (IGE), con el importante matiz de que también la temporalidad está en niveles récord -el 90% son eventuales y las medias jornadas subieron un 63% en comparación desde el estallido de la crisis- y es una de las razones de ese incremento del 11,6% con respecto al ejercicio anterior. La mejora del mercado laboral es generalizada en toda la región, aunque no en la misma intensidad. A la cabeza están Ourense, donde el avance en la contratación supera el 13,2%; y Pontevedra, con cerca de un 12%, la única provincia, además, en la que parece que se recupera el fichaje de aquellos desempleados que lo tienen más crudo. Los que llevan más de un año esperando una oportunidad.
El propio Gobierno gallego reconoce en su último balance sobre los resultados del plan de inclusión social que lo ocurrido en crisis pasadas "demuestra como la recuperación no tiene efectos inmediatos" y que el cambio de ciclo no llegará "en el corto plazo" a los colectivos más desfavorecidos. Entre ellos están los demandantes de empleo de larga duración. Una situación que "conlleva el riesgo de experimentar un proceso de descualificación y deterioro de la autoestima personas que puede prolongar el alejamiento del mercado del trabajo", y, por lo tanto, perpetuar el riesgo de exclusión.
En Pontevedra, frente a ese incremento del 12% en la contratación, la subida entre los trabajadores con más de un año en el paro fue del 7,71%, según acaba de publicar el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) en su Observatorio de las Ocupaciones. En A Coruña, con un aumento de contratos conjunto del 11,3%, en el caso del colectivo el ascenso fue de únicamente el 0,5%, mientras que en Lugo y Ourense sigue en negativo, con recortes del 0,16% y el 4,5%, respectivamente. Lo que explica que la tasa de paro de larga duración en Galicia disminuyera únicamente un punto en 2015, del 11,6% al 10,6%. De media, hubo 133.200 desempleados con estas características. Y es el perfil de peor evolución pese a la tendencia creciente en la ocupación en la región y a que los mejores datos en la contratación vienen de aquellos en una franja de edad en la que se corre el peligro de acabar convertido en parado de larga duración. Los mayores de 45 años. Un 17,9% más de contratos en A Coruña; un 16,8% en Pontevedra; un 16,6% en Lugo; y un 14,5% en Ourense.
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Los puestos para los menores de 30 años también siguen contenidos en comparación con el resto. La contratación aumentó un 11,8% en Ourense; un 10,6% en Pontevedra; un 9,3% en A Coruña; y un 8,3% Lugo. Entre las mujeres, el mayor ascenso está en Pontevedra, un 13,7% más -casi dos puntos por encima de su media en la contratación-; seguida de Lugo (13,2%), Ourense (12,8%) y A Coruña (10,8%).
Aunque su peso es inferior en el conjunto de las contrataciones, la colocación de personas con discapacidad llega incluso a duplicar el dato de contratación en general en casi toda la comunidad. Hasta un 25,7% más en la provincia pontevedresa; un 29,2% en A Coruña; un 17,9% en Lugo; y un 14,5% en Ourense. En el caso de la población extranjera, la variación oscila entre el 7,3% de alza en empresas ourensanas y el 14,2% registrado en Lugo. En Pontevedra se sitúa en el 10,5%; y un 7,4% en A Coruña.
