La Semana Santa es la primera prueba de fuego de cada año para el turismo porque en la temporada baja prácticamente la mitad de los alojamientos permanecen cerrados para ahorrar costes. En Pascua un 30% de los que no trabajaron este trimestre aprovechan para abrir y hacer caja. Luego cada negocio sigue la estrategia que considera más rentable. El presidente del Clúster Turismo de Galicia apunta que en las ciudades hay más continuidad y los que abren ahora seguirán funcionando para dar la bienvenida al verano, otros lo harán solo los fines de semana y los que cierren volverán a retomar la actividad dentro de un mes con el puente de mayo.