Aunque Pablo Iglesias, líder de Podemos, ha celebrado que En Marea, su alianza con Anova y Eu, logró ser segunda fuerza en Galicia en las generales y que aspiran a asaltar la Xunta en las autonómicas tras el verano, no escuchará su voz en la cumbre interna de hoy para abordar la crisis que vive su organización. El líder morado pretende excluir de la cita con responsables autonómicos al aún secretario xeral en Galicia, Breogán Riobóo, que sigue en el puesto sin atribuciones, y solo convocará como representante de la comunidad al senador de En Marea, José María García Buitrón, que participará como "observador" en representación de la gestora que pilota el partido hasta las primarias. Galicia, por tanto, carecerá de voz en una cumbre clave para restañar las vías de agua del barco orgánico. A pesar de ello, Riobóo aseguró ayer que se presentará en la sede de su formación. "Convocaron a los secretarios autonómicos y estoy ultimando los detalles para acudir", sostiene.

Fuentes de la gestora gallega y de la dirección estatal de Podemos confirmaron la elección de Buitrón para escuchar a Iglesias, que esta semana fulminó al secretario de Organización Sergio Pascual, y asumió sus funciones tras las crisis internas de Podemos en Galicia y otras cinco comunidades, en un momento en que las negociaciones para formar gobierno con el PSOE no avanzan. Todas aquellas comunidades donde una gestora sea la que dirija el día a día designarán un representante para el encuentro de hoy, asegura la dirección.

"Nosotros no tenemos representatividad", explica Buitrón para justificar la su elección sin voz en la cita, en alusión a que la gestora fue designada después de la disolución del Consello Cidadán Galego y el Comité de Garantías al quedarse sin miembros suficientes para tener validez. En el primer caso, el detonante fue la dimisión de diez miembros, entre ellos el propio Buitrón y los dos diputados de En Marea Antón Gómez-Reino y Ángela Rodríguez, que competirá con Riobóo y Carmen Santos por la Secretaría Xeral de Podemos Galicia.

La crisis de Podemos complica no solo la consecución de un "gobierno del cambio" con el PSOE donde Iglesias lograse la vicepresidencia, sino que evidencia también la fragilidad orgánica en Galicia, donde también crece la tensión con Anova, socio en En Marea. El partido morado no quiere convertir la coalición en un partido instrumental para no reducir su poder en caso de nuevas elecciones generales, mientras los de Beiras reclaman más peso en Madrid y esa opción como garante de grupo parlamentario.

En ese contexto y con las elecciones autonómicas en unos meses, para las que, por cierto, no existe consenso sobre quién debe encabezar la candidatura a la Xunta de este autodenominado espacio rupturista, el cese del responsable de Organización puede generar más ruido.

Iglesias aspira a pacificar las crisis autonómicas, aunque sin dar la palabra a Galicia, única comunidad, con Euskadi, que celebra comicios este año, pero Riobóo parece dispuesto a dar la batalla tras la desaparición de Pascual. Ayer esgrimió las declaraciones de Carolina Bescansa, número 3 del partido, para apuntalar su posición. "Ha dicho que no tienen competencias para cesar al secretario de Madrid, Luis Alegre", dice, alegando que a él tampoco.

Por ello, reclama frenar las primarias a la Secretaría Xeral, explicando que fue Sergio Pascual el que maniobró con los cargos de En Marea para apartarlo del poder. En su opinión, las elecciones internas deben ceñirse a los órganos disueltos -Consello Cidadán Galego y Comité de Garantías-, pero no a su cargo, vigente tres años.

Los planes de Iglesias, sin embargo, pasan por excluirlo de la cita, tras mantener ambos una disputa pública sobre la fórmula electoral para las autonómicas. El primero defendía repetir la fórmula En Marea y el segundo, preguntar a las bases si preferían presentarse en solitario.

Fuentes de la dirección de Podemos explican que también acudirán observadores de las gestoras de Cataluña, Cantabria y Madrid, así como los nuevos responsables de País Vasco y La Rioja.