Medio millar de trabajadores eventuales del Servizo Galego de Saúde (Sergas) se concentraron ayer en Santiago para denunciar la "precariedad total" que sufren y reclamar al Gobierno autonómico "estabilidad laboral". La protesta arrancó de la plaza del Obradoiro con numerosas pancartas y llegó hasta la sede central de la Xunta, en San Caetano, entre cánticos advirtiendo de que los contratados no son "esclavos" y exigiendo la atención del presidente, Alberto Núñez Feijóo. Algunos llevaban sogas al cuello, otros arrastraban bolas de presidiario y algunos iban con esposas.