El PSOE trata de frenar la escalada de tensión con las mareas que en vísperas de la investidura abocada al fracaso de Pedro Sánchez había subido de peldaños y que amenaza con enturbiar cualquier entendimiento para un posible pacto de gobierno entre ambas formaciones tras las elecciones autonómicas previstas para este año. Desde la dirección del PSdeG, el propio Besteiro elevó la semana pasada la presión sobre los concellos de A Coruña, Santiago y Ferrol advirtiéndoles del apoyo que su partido dio a los alcaldes de las mareas en las municipales del 24-M . A la queja generalizada en el PSOE de que los regidores de Podemos "no tienen cultura de pacto", "actúan como si gozasen de mayoría absoluta", "carecen de de experiencia en gestión municipal" y algunas ciudades "están paralizadas", Ferraz y O Pino trataron ayer de tender nuevos puentes negando cualquier "amenaza" a los del partido morado y asegurando que "no peligran" las alcaldías de Podemos apoyadas por el PSOE pese al "sectarismo" de Pablo Iglesias.

Con la vista puesta no solo en la investidura de Sánchez sino también en las próxima cita con las urnas en Galicia, la portavoz de En Marea, Alexandra Fernández, en el propio debate en el Congreso, alertó de que la alternativa en la comunidad estaba en peligro si en Madrid no había pacto PSOE-Podemos. Besteiro inmediatamente le recordó que "el PSdeG después de las últimas municipales entendió que era el momento del cambio y dijo sí a ese cambio". A lo que no hizo mención entonces el líder del PSdeG fue a la Presidencia de la Diputación de A Coruña que su partido logró con el apoyo de la Marea Atlántica, que renunció a entrar en el gobierno provincial. El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, le replicó entonces a Besteiro que en la corporación provincial su formación facilita "la gobernabilidad día a día", una situación que en el Concello, cuestionó, resulta "dudoso" decir que hacen los socialistas.

Horas después de que Pedro Sánchez desmintiese ayer que el PSOE vaya a dejar caer a alcaldes de Podemos que gobiernan con el apoyo o la abstención de los socialistas por la posición de Iglesias en las negociaciones de investidura del presidente del Gobierno, Besteiro negó "amenazas" a las mareas, pero les volvió a pedir que faciliten un "cambio real" para el Gobierno de España como hicieron los socialistas en los ayuntamientos el 24-M.

"Entendíamos que lo que tocaba era propiciar ese cambio, y eso es lo que pedimos a otras fuerzas políticas, que facilitaran el cambio", argumentó el líder del PSdeG, quien añadió que "nunca" pidieron "un cheque en blanco" para apoyar a las mareas, pero sí la "disponibilidad" para que el cambio fuera "real".

Un día antes, el regidor de Vigo, Abel Caballero, acusaba a los gobiernos de las mareas de sembrar "el caos absoluto" y en concreto, a los alcaldes de A Coruña y Santiago, de tener sus ciudades "hechas unos zorros". Desde A Coruña, Xulio Ferreiro ironizó ayer sobre las palabras de Caballero, en las que dijo apreciar cierto "resquemor". "A lo mejor el día del derbi no quedó muy contento", replicó el alcalde coruñés.

Ferreiro apeló al "entendimiento" con los socialistas de cara a las autonómicas con el objetivo de conformar en Galicia una "mayoría social" que arrebate la Presidencia de la Xunta al PP. "El PSOE tiene que saber de qué lado está", reiteró. "Si los enemigos son las mareas y no el PP, todo bien; pero si queremos que puedar haber una mayoría política que responda a la mayoría social, advirtió Ferreiro, eso pasa por un entendimiento entre el PSOE, o lo que quede de él, con las mareas".

Para el alcalde de Santiago, Mariño Noriega (Compostela Aberta), las críticas no solo del PP sino también ahora del PSOE a las mareas responden a su "miedo" porque pueden optar a liderar un cambio de gobierno en la Xunta. Pese a la "distancia política" entre populares y socialistas, según Noriega, ahora "van de ganchete" para criticar la gestión de los regidores de las mareas.

Para el regidor compostelano, el escenario actual de presiones a las mareas no responde a los resultados de las elecciones generales sino a una "escenificación con vistas a unos nuevos comicios".