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Los riesgos del abuso de antibacterianos

Los médicos admiten que el 20% de antibióticos recetados en Galicia son innecesarios

Los facultativos explican que les faltan herramientas de diagnóstico para determinar cuándo realmente hacen falta -Denuncian que los pacientes les presionan para tomarlos

Jesús Sueiro. Asociación de Medicina Familiar X. Álvarez

Los antibióticos sirven para combatir las bacterias, pero los médicos reconocen que, en ocasiones, es difícil discernir si detrás de una gripe, una amigdalitis o una faringitis hay una infección bacteriana o se cura simplemente con reposo y mucho líquido. Si a la falta de herramientas para dar un diagnóstico inmediato se suma la presión de algunos pacientes que creen que solo sanarán con antibióticos, el resultado es que estos fármacos se recetan más de lo debido. Tanto que los médicos de familia coinciden con el Sergas en que hay un "uso excesivo" de estos medicamentos. Los facultativos de los centros de salud calculan, de hecho, que al menos en un 20 por ciento de los casos no habría sido necesario tomar el antibiótico.

Según los últimos datos de la Consellería de Sanidade correspondientes al año 2014, el consumo de antibióticos en Galicia bate récords desde que hay registros. Esta situación ha llevado al Sergas a advertir a los médicos de que es necesario un "uso más cuidadoso" porque están recetando en exceso.

Y aunque los profesionales coinciden en que se abusa de estos fármacos, existe división entre los distintos colectivos médicos sobre el grado de responsabilidad de los facultativos. Para la Asociación Galega de Medicina Familiar e Intracomunitaria los profesionales no están suficientemente "mentalizados" por el perjuicio que supone el abuso de antibióticos, aunque añade que el Sergas tampoco se ha preocupado por promover entre los doctores el buen uso de estos fármacos.

Para el Colegio de Médicos de Pontevedra los facultativos sí "están concienciados" e intentan recetar antibióticos solo cuando es estrictamente necesario. El problema, según advierten, es que en algunos casos es imposible disponer de un diagnóstico inmediato que desvele si tras una determinada patología hay una infección bacteriana. Como ejemplo, pone las infecciones urinarias por E.coli. "Hacer un cultivo de orina tarda entre cinco y seis días y hasta entonces no podemos tener a la paciente sin tomar antibióticos", explica el vicepresidente del Colegio de Médicos de Pontevedra y médico de familia, Manuel Rodríguez Piñeiro.

Aunque algunos estudios apuntan a que más de la mitad de los antibióticos que se recetan son innecesarios, desde el colegio de médicos creen que este porcentaje se limita a un 20 por ciento.

El problema es que el exceso en la prescripción de estos fármacos está provocando que ciertas bacterias sean cada vez más resistentes a los fármacos, lo que no solo supone un problema de salud pública sino también económico.

"Veremos morir a gente por infecciones bacterianas que hace años se curaban", alerta Jesús Sueiro. Para no llegar a este punto y controlar el uso de antibióticos, el presidente de la Asociación de Medicina Familiar pide "más formación" para los profesionales. "Con una infección si hay dudas de si la produce una bacteria, lo recomendable es esperar 48 horas y solo si el paciente no mejora administrarle el antibiótico", explica.

También reclama que el Sergas dote a los centros de salud del test del estrectococo, que permite detectar si una amigdalitis se trata de una infección bacteriana, así como de otro test que mide la proteína R reactiva en sangre y permite discernir si es adecuado o no el uso de antibióticos.

Desde el Colegio de Médicos de Pontevedra se apunta, sin embargo, que "la tecnología es la que es" y, en algunos caso, el profesional tiene que dignosticar "de forma empírica" porque no se puede constatar la presencia de bacterias. Manuel Rodríguez Piñeiro pone el acento en los abusos de los pacientes que se automedican o presionan al facultativo para que les recete antibióticos.

"Ahora tenemos listas de espera hasta en primaria y el paciente, si está mal, al final se busca la vida por su cuenta y se automedica", explica Piñeiro. Los antibióticos, sin embargo, solo se pueden dispensar con receta médica. El vicepresidente del Colegio de Médicos de Pontevedra admite que "no hay facilidad de acceso", pero apunta que otra posible causa del abuso de estos fármacos es que los pacientes no siguen los tratamientos. "Al final recaen, vuelven al médico y les tiene que volver a recetar fármacos porque no lo hicieron bien la primera vez", defiende este médico de familia.

Sanidade alerta del "preocupante y continuo aumento" de la resistencia de algunas bacterias a los fármacos

  • Los expertos advierten que las bacterias están ganando la batalla. Debido al consumo masivo de antibióticos cada vez son más resistentes. Y el problema es que mientras los laboratorios avanzan en fármacos innovadores vinculados a otras patologías como el cáncer, el desarrollo de antibióticos "está prácticamente agotado", tal y como explica el presidente de la Asociación Galega de Medicina Familiar, Jesús Sueiro.Su inquietud es compartida por la Consellería de Sanidade que ha analizado la resistencia de las bactearias a determinados antibióticos y concluye que resulta "muy preocupante el continuo aumento" de las resistencias a un número de grupos de antimicrobianos. "Es una seria amenaza para las personas y para la salud en Europa", alegan.En algunos fármacos como las cefalosporinas de tercera generación, que son antibióticos de amplio espectro, el estudio calcula que han dejado de surtir efecto en un 88 por ciento de los casos de infecciones urinarias por E.coli y en un 91 por ciento de los casos de neumonía.Sueiro aclara que ahora se pueden tratar estas dolencias con antibióticos más desarrollados, pero advierte del peligro de que con el tiempo estos también dejen de funcionar por el abuso en su consumo.También se ha detectado resistencias al tratamiento de la neumonía con otro tipo de antibióticos denominados cabapenemes. En Galicia dejó de ser efectivo el tratamiento con estos fármacos entre un 2,3 y un 4,7 por ciento de los pacientes.En algunos casos, según reconoce la Xunta se están perdiendo opciones terapéuticas en el tratamiento de algunas enfermedades al fallar los antibióticos.

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