Varón, mayor de 70 años, circulando por sentido contrario en una autopista o autovía. Este es el perfil del conductor que preocupa cada vez más a Tráfico y Fiscalía de Seguridad Vial en Galicia ante el aumento de casos personas de avanzada edad requeridos para un examen médico por parte del Sergas para comprobar si son aptos o no para ponerse al volante. Solo el año pasado, las patrullas de la Agrupación de Tráfico en Galicia propusieron a un total de 103 conductores de más de 65 años para un chequeo médico extraordinario que evaluase sus condiciones psicofísicas, casi un 50% más que los 69 requeridos en 2014 y los 32 del ejercicio anterior. Del centenar de jubilados interceptados en 2015 tras cometer una maniobra peligrosa y ser propuestos para un nuevo chequeo, a la mitad se le impusieron restricciones en la conducción o se les revocó el permiso. También hubo casos en los que los afectados no se presentaron para hacer las pruebas del Sergas, lo que acarrea la retirada del permiso del conducir.

Ante el creciente número de conductores mayores interceptados en sentido contrario, el fiscal de Seguridad Vial de Galicia, Carlos Gil, se reunió ayer en Santiago con el jefe de la Agrupación de Tráfico en la comunidad, el teniente coronel Francisco Javier Molano, y los integrantes de los GIAT de las cuatro provincias.

Ante las sospechas de psicotécnicos que no realizan las pruebas con rigor, la Fiscalía -que el año pasado también remitió más de 100 casos al Sergas, a propuesta de la Policía Local, las propias familias y los juzgados- tratará de determinar si son los conductores los que no cumplen las restricciones fijadas en sus certificados médicos o si por el contrario el centro médico aprobó a conductores no aptos.

La asociación Centros de Reconocimiento de Conductores alerta de que pese al cambio de reglamento por parte de la DGT, más del 60% de los psicotécnicos no cumplen el protocolo de exploración. Desde CRC y los colectivos de víctimas reclaman reconocimientos médicos más exhaustivos. Pese a que el reglamento permite fijar restricciones a la hora de renovar el carné -períodos de revisión más cortos, límites de velocidad y de entorno o la obligación de ir en compañía- advierten de que son "excepcionales" estas medidas.