Hace más de una década Lalín, con José Crespo en la Alcaldía, lideró la apertura del debate acerca de la necesidad de fusionar municipios. Aquella propuesta para integrarse con Lalín, Silleda, Vila de Cruces, Rodeiro, Agolada y Dozón no despertó el interés de los otros cinco ayuntamientos. Crespo y el ahora conselleiro de Educación, Román Rodríguez -entonces edil de Urbanismo-, defendieron algo en lo que creían firmemente: El Concello de Deza. Pero entonces los demás alcaldes -todos del PP- ni siquiera llegaron a hacerse una foto juntos como muestra de que la idea podría ser, al menos, objeto de análisis.

Los políticos, y no solo en esta comarca, prefieren ser cabeza de ratón que cola de león y una hipotética fusión municipal les traería pérdida de autonomía, al margen de que el minifundismo forma parte del ADN de muchos gallegos y los representantes públicos no son una excepción. Aquella iniciativa, más valorada fuera de Deza que dentro de la comarca, fue objeto de un estudio en el que, en 2002, colaboró la Universidade de Santiago de Compostela: O municipalismo no século XXI. Análise da viabilidade técnica para a fusión dos municipios galegos a partir da Comarca do Deza. Este largo título tuvo un corto recorrido y aquel proyecto científico quedó guardado en algún cajón a la espera de ser rescatado cuando -así se admitió ya entonces- las administraciones municipales y sus vecinos estuviesen preparados para una fusión que proponía a Lalín como capital. "¿Un concello único? Sí, a mi también me gustaría ser alcalde de Deza", comentaba entonces un veterano regidor de la comarca en relación a la propuesta de Crespo.

Lo más parecido que se logró impulsar en materia de cooperación fue la Mancomunidade Terras de Deza, que nació con unos ambiciosos principios, pero que desde su constitución, en aquel mismo año 2002, apenas ha servido para que se compartan algunas máquinas de reparación de viales. Dozón, el concello dezano más pequeño y uno de los que podría sacar más provecho de este organismo supramunicipal, hace años que lo abandonó.

El último intento desde Lalín por retomar este debate llegó también de la mano de Crespo en 2012 con un foro sobre municipalismo centrado en la integración de concellos, que iba a celebrarse en la localidad una vez al mes. Tras una primera sesión, nada más se supo del mismo.Ese mismo año, en A Coruña se sellaba la primera fusión en 44 años, la de Oza y Cesuras y la Xunta anunciaba que habría más. Ni los deseos del Ejecutivo autonómico les animaron a retomar la vieja idea.

Ahora es Rafael Cuiña quien recupera el que entiende como certero planteamiento de su antecesor. "Este es el camino correcto y, con todo el respeto hacia todos los alcaldes, creo que concellos como Dozón hoy carecen de sentido", manifestó ayer. Cuiña propone que el bastión de Adolfo Campos se plantee su fusión con Lalín y extiende esta medida a "otros" concellos de la comarca, a excepción, en principio, de Trasdeza. "A Silleda no lanzo este convite, porque es un concello ya importante, pero sí a los demás. La lógica de los tiempos impone este tipo de cuestiones", proclama el regidor. Pone a Grecia como ejemplo de reducción forzosa de municipios y, aunque matiza que el plan de integración en Deza es una opinión "personal" suya, "no del gobierno de Lalín", aboga por comenzar a trabajar, "siempre con el máximo respeto a la soberanía de cada municipio y desde un punto de vista constructivo", en esta dirección con el respaldo de la Xunta.