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La UE advierte a Galicia de debilidades en vivienda, educación y confianza institucional

La Comisión sitúa a la comunidad en el puesto 157 del ranking del índice de progreso social de 272 regiones - En sanidad, la autonomía gallega despunta hasta el puesto 14º

La Comisión Europea ha desvelado las fortalezas y debilidades de Galicia, en comparación con otras regiones europeas con un producto interior bruto similar. Entre las materias en las que los datos de la UE destapan carencias en la comunidad se encuentran desde el acceso a la educación y a la vivienda hasta la confianza en las instituciones, pasando por la cobertura de banda ancha en los hogares o lo que se denomina libertad personal o de elección, que abarcaría aspectos tan dispares como la percepción de la corrupción e incluso la cifra de "ninis". Para compensarlo, Galicia puede presumir de ser muy cumplidora en nutrición y asistencia médica básica, aspecto en el que se merece más de 90 puntos, lo que la situaría en el puesto 14 de un total de 272 regiones europeas analizadas.

La asistencia sanitaria se estudia dentro del apartado "necesidades humanas básicas", uno de los tres grandes parámetros, junto a "fundamentos del bienestar" y "oportunidades", que analiza la UE para elaborar su propio índice de progreso social. Hasta ahora la UE medía el progreso de sus regiones en función de criterios económicos. Sin embargo, tras constatar las diferencias "radicales" existentes entre ellas en términos, por ejemplo, de acceso al cuidado sanitario, calidad y la accesibilidad de la vivienda, seguridad personal, acceso a una educación superior o a las tecnologías de la información y la comunicación o polución medioambiental, considera que no basta con mirar solo al producto interior bruto.

Para complementarlo, explican desde la Comisión Europea, elaboraron lo que llaman "índice de progreso social europeo". Se inspiraría en el que ya existe a nivel mundial y otorgaría una puntuación en una escala de 0 a 100 a 272 regiones, teniendo en cuenta medio centenar de indicadores. Con 64,4 puntos en ese índice, Galicia se ubicaría en el puesto 157 de la tabla, es decir, en la segunda mitad.

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Sin embargo, para ser más justos, la UE compara a Galicia, como a otras áreas, con 15 regiones con un desarrollo económico similar (entre las que se incluiría Valencia y Ceuta). En ese contexto es donde pese a su alta puntuación en asistencia médica básica, Galicia se quedaría en la zona de cola del grupo por resultados por debajo de la media en vivienda, educación, internet o confianza en las instituciones.

En el caso de la vivienda, las principales debilidades serían un coste oneroso para los ciudadanos o el carecer de una calefacción "adecuada". En educación influiría el abandono escolar temprano o la baja tasa de alumnos que finalizan estudios secundarios, debilidad de la que solo se salvan dos regiones de su grupo. Además, la comunidad merece 49 puntos en acceso a enseñanza superior y aprendizaje a lo largo de la vida, aspectos estos en los que está en la media de su grupo.

La puntuación también cuestiona las conexiones de internet en casa o los accesos a banda ancha en el hogar en Galicia y pone peros asimismo en indicadores como la juventud que no estudia ni trabaja, el nivel de corrupción percibido o el nivel de satisfacción sobre la libertad para elegir qué hacer en la vida. No obstante, en Galicia el apartado con nota más baja, unos escuálidos 23,8 puntos, es el de "derechos personales", dentro de las "oportunidades". Ahí la UE engloba la confianza en el sistema político, en el legal y en la policía, y la calidad y la transparencia de los servicios gubernamentales. Otras ocho regiones de su grupo la acompañan en la nota a la baja.

Galicia estaría por debajo de la media de sus homólogas regionales en cinco ámbitos, pero a la par en seis parámetros y por encima en cuidado médico. La región que la acompaña en el análisis que sale mejor parada en progreso social es Sjaelland, en Dinamarca, y la que queda en peor posición es Córcega, en Francia.

La Comisión Europea pone el nuevo índice a disposición de sus miembros para ayudar a las regiones a identificar a áreas "pares" de las que "podrían aprender" y, en el caso de que fuese "aplicable", priorizar a donde dirigir los programas de cohesión. No obstante, la UE subraya que el informe no vincula a la Comisión ni ha sido creado para decidir sobre la asignación de financiación.

La seguridad o la tolerancia a la inmigración, puntos fuertes

  • En el parámetro relativo a "seguridad personal" la puntuación de Galicia (de 84,1) no destaca ni por encima ni por debajo de la media de las 15 regiones europeas que tienen un PIB similar. Sin embargo, en uno de los aspectos que inciden en su evaluación, la comunidad lo hace mejor que esas compañeras: sus ciudadanos se sienten más seguros al caminar solos por la noche. La UE lo apunta como "fortaleza".La tolerancia, que ayuda a subir nota en la asignatura de "oportunidades", da a Galicia otra razón para presumir, al destacar por encima de sus homólogas en su respeto hacia los inmigrantes. Sin embargo, vuelve a ser una más del montón si la tolerancia se refiere a las minorías, personas con diversidad funcional u homosexuales o si se mira la brecha de género.En medio ambiente también sobresale, gracias al buen comportamiento de dos indicadores de polución del aire. Aun así, la UE apunta una "debilidad" en la sostenibilidad del ecosistema: la superficie protegida bajo la figura de red Natura2000.

En la cola entre las autonomías en derechos sociales

  • Galicia consigue subirse al podio, nada menos que al segundo puesto, entre las autonomías de todo el país gracias a su cobertura de las necesidades básicas de sus ciudadanos -sobre todo por lo que atañe a nutrición y cuidado médico básico-, un capítulo en el que empata en puntuación (82,3) con Madrid y donde solo la supera el País Vasco (84,3).No obstante, en los otros dos grandes parámetros analizados por la Comisión, la comunidad gallega se queda un poco más rezagada: se situaría en el décimo lugar en la nota que evalúa el cumplimiento de los fundamentos del bienestar y en el cuarto puesto, por la cola, cuando lo que se examinan son las "oportunidades" que perciben sus ciudadanos (lo que serían derechos sociales, como si pueden decidir sobre su vida, si sus derechos no están limitados, si no se sienten excluidos, si pueden mejorar su educación). En conjunto, la evaluación global que le atribuye Europa a través de su índice de progreso social, de 64,4 puntos, relega a Galicia, excluidas Ceuta y Melilla, hacia el final de la tabla autonómica, al décimo puesto. Con todo, por debajo se quedan todavía Murcia (63,8 puntos), Cataluña (63,7), Canarias (63,6), Extremadura (63,1), Castilla-La Mancha (62,7), Baleares (62,2) y Andalucía, que cierra la clasificación por abajo con un índice de progreso social europeo de 62,1.En el extremo opuesto los liderazgos decididos por las calificaciones más elevadas se reparten entre Madrid y País Vasco, en función de qué parámetro se analice, si bien en el ranking europeo que sintetiza los logros sociales la primera comunidad española que aparece es Madrid -en el puesto 87-. No obstante, la número uno en cobertura de necesidades básicas es el País Vasco -que ocuparía el puesto 102 en Europa-, con Madrid y Galicia en segundo lugar. Euskadi y Madrid repiten como líderes vuelven a repetir, con 67,6 puntos, como líderes en lo que la UE estima fundamentos del bienestar -acceso a secundaria, hogares con banda ancha, sostenibilidad ambiental-, en este caso secundados por Navarra (67,2). En cuanto a "oportunidades", Madrid, se impone, Navarra queda segunda y La Rioja se cuela en el tercer puesto.

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