La Xunta pasó de dedicar 22,5 millones de euros en 2010 a la Risga, renta de integración social con que se atiende a personas sin recursos, a destinar 44 millones en 2014. El incremento fue del 95,5%. El esfuerzo del Ejecutivo autonómico para ayudar a los hogares sin ingresos se multiplicó con el azote de la crisis, pero todas las comunidades incrementaron sus presupuestos y Galicia fue la novena que más fondos adicionales puso encima de la mesa para ayudar a los ciudadanos más atacados por la mala marcha de la economía. Así lo revela un informe de Funcas, que advierte de las desigualdades entre autonomías al comparar sus programas de lucha contra la pobreza y defiende la necesidad de "un sistema más integrado y con mayor cobertura de la población" en riesgo de exclusión social. También propone que el Ejecutivo central contribuya a financiar las ayudas autonómicas como la Risga.
La fundación de las cajas de ahorro en un informe sobre el gasto público en España recién publicado compara el gasto en ayudas y los hogares sin posibles que se benefician de éstas y así resulta que Galicia casi duplicó recursos con la crisis, pero hubo otras comunidades donde el incremento de los fondos destinados a programas de lucha contra la pobreza fue espectacular, aunque también el punto de partida era más débil que el de Galicia. Extremadura pasó de 2,2 millones en 2010 a 17,5 millones en 2014, es decir un 695% más y en Castilla y León se empezó con 16,4 millones y se terminó con 55 millones, un 235% más. En el extremo opuesto del ránking, está Cataluña donde los fondos para las ayudas a los más necesitados sólo crecieron un 1,4%, de 159,7 millones a 162 millones de euros. La media de subida de los presupuestos para la Risga de todas las autonomías fue del 34%.
Con más dinero se pudo atender a más personas sin recursos. En Galicia, los beneficiarios crecieron un 73,7%. Eran 6.948 en 2010 y cuatro años después sumaban 12.071. Es la séptima comunidad que en el mismo periodo vio crecer más el número de sin recursos con ayudas de la administración. Extremadura y Valencia fueron las autonomías que más ampliaron la cobertura. La primera un 522%, al pasar de 1.580 ayudas a 9.834. La segunda casi triplicó y alcanzó los 15.127 cheques.
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Funcas apunta en su análisis que "aunque hay excepciones importantes, en términos absolutos, las comunidades con menor nivel de renta ofrecen en general una cobertura considerablemente inferior a la de aquellas con mayores posibilidades presupuestarias".
El informe observa que "la respuesta al aumento del desempleo y la pobreza no ha sido uniforme en las comunidades y así la cobertura y los niveles de gasto son muy dispares. De los algo más de mil millones de euros que en 2014 se gastaron las comunidades en estos programas, cerca del 70% correspondió al País Vasco, Cataluña, Andalucía y Madrid, comunidades que suponen el 52% de la población española". Funcas destaca "la magnitud de la contribución al total del País Vasco, con cerca de un 38%". Esta última autonomía destinó 435 millones en 2014 a ayudas como la Risga y Galicia, 44 millones, el 3,7% del presupuesto total.
El estudio que analiza los programas de lucha contra la pobreza de las autonomías desde el año 1996 advierte de que las diferencias entre comunidades no se explican por su mayor o menor respuesta ante la crisis sino sobre todo por "el diseño inicial de estos sistemas, dependientes de la iniciativa de cada gobierno regional y, con ello, en buena medida, de los recursos invertidos y de la desigualdad capacidad presupuestaria". "Los indicadores de concentración del gasto y del número de beneficiarios son muy similares a los que existían hace 15 años". Entonces el País Vasco representaba el 24,8% de los fondos que se gastaban en todo el Estado en ayudas a los sin recursos y Galicia, el 5,4%.
