Abuso o dependencia de drogas, legales, como el alcohol, o ilegales, como la heroína, la cocaína o el cannabis. La sustancia varía, pero en 2014 un total de 4.030 gallegos, once al día de media, fueron admitidos en algún programa para desengancharse, un 9% más que en 2012, cuando sumaban 3.697. Aunque entre el inicio de la crisis y 2012 la cifra de quienes iniciaron un programa de desintoxicación -por primera vez o tras haber sufrido una recaída- se redujo en un 15%, en 2013 y 2014 la tendencia se ha invertido.
No obstante, en los programas de tratamiento de drogodepencias de Galicia se contabilizaban en 2014 un total 13.515 pacientes atendidos, como revela la "Memoria 2014 de Admisiones a tratamiento por consumo de sustancias psicoactivas" del Sergas. Es decir, las admisiones suponen solo el 30% del total. Y eso se debe, como explica Jesús Cancelo, director del programa de Drogodependencias de la Asociación Alborada, a que existe un grueso de pacientes, sobre todo consumidores de heroína, que están en metadona de forma "crónica", y que pueden depender "años o incluso toda la vida" de ese medicamento para poder llevar una existencia "normalizada".
De hecho, en 2014, la mitad del total, 6.991 personas (1.742 admitidas ese año), estaban en tratamiento con derivados opiáceos, destinado a este grupo de usuarios, a los que se suman otros 90 tratados con antagonistas opiáceos (naltrexona). Con todo, Cancelo advierte de que incluso los programas de desintoxicación cortos son complejos y llevan tiempo al implicar una media de 108 intervenciones por paciente, desde análisis de orina a terapias.
El segundo tratamiento más socorrido -3.575 usuarios- es el "libre de drogas", donde el éxito del proceso no depende de un fármaco (como sí ocurría con la metadona). En este programa caben desde consumidores de heroína que intentan dejarlo con terapia y fuerza de voluntad, explica Cancela, hasta quienes fuman cannabis o toman benzodiacepinas.
Otros 1.379 gallegos (cifra muy similar al año previo, pese a incorporar 724 usuarios en 2014) se beneficiaban del programa para tratar la dependencia a psicoestimulantes, cocaína, apunta Cancelo, en el 99% de los casos. Además, casi 800 personas, un 67% más que en 2009, buscaba desengancharse del alcohol.
A que en los últimos años se incluyan sustancias legales como el alcohol en estos programas atribuye Cancelo el aumento de admisiones, y a que también se ven "con bastante frecuencia fumadores de cannabis". A ello se sumaría, añade, pacientes de salud mental que toman drogas y que ahora se derivan a los centros de deshabituación (el 35% de los admitidos en 2014).
El perfil de quienes están a tratamiento, según el Sergas, es del de un varón (82%), de 33,8 años de media, que consume sobre todo cocaína o heroína (que se reparten el 66,5% de los casos). Cancelo -quien matiza que en 2014 las admisiones de "nuevos" usuarios, no readmisiones, fueron unas 1.700- subraya que en dos décadas pasaron por desintoxicación de drogas unos 49.500 gallegos y que la prevención "ha sido y es eficaz porque el problema no ha ido a mayores, sino que ha disminuido en las drogas más peligrosas". Además, subraya, los usuarios acceden en "mejores condiciones" a los programas porque "acceden antes".
Haz click para ampliar el gráfico
¿Fuera del sistema?
- Aunque la droga es un problema serio y "complejo" y Cancelo incide en la necesidad de prevenir para evitarlo, lo que más le preocupa son sus pacientes, que incluso aunque no consuman drogas tienen una incorporación social complicadísima" por la falta de oportunidades laborales, y se encuentran con 35 o 40 años, "fuera del sistema". Una parte sobrevive gracias a sus familias, la Risga o pensiones no contributivas.Las ONGs, como Alborada, que gestionan las cuatro unidades asistenciales que no dependen de concellos en Galicia tienen además otras preocupaciones. Cancela sostiene que para las ONGs "es muy importante" que la Xunta mantenga una financiación "suficiente, que mantenga al menos lo que hay" y "los plazos". Mientras, luchan por la "integración completa" en el Sergas de la atención a drogodependencias ,"como cualquier otra enfermedad", y que no solo exista una integración "funcional" por la labor que realizan.
