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El impacto del declive demográfico

Galicia registra la población activa más baja de los últimos diez años

La comunidad perdió 76.000 activos desde el estallido de la crisis por el retorno de los inmigrantes y la nueva emigración -La caída es especialmente dura entre los jóvenes, que se sitúan en mínimos desde, al menos, 2002

Por si quedaba alguna duda, la Xunta reconoce abiertamente en el Plan Estratéxico con el que quiere modelar la Galicia de 2020 que la revitalización demográfica es "un reto de difícil solución" para el que además no existe una receta única. Porque la problemática de la pérdida constante de habitantes y su envejecimiento progresivo arrastra también una enorme variedad de causas, entre las que se encuentran muchas relacionadas directamente con la crisis. La tasa de paro se mantuvo aquí ligeramente por debajo de la medida estatal durante la doble recesión. Salvo en el caso concreto de los jóvenes. Aquellos que llegan hasta los 34 años y en los que la incidencia del paro llegó a superar el 28%, frente al 26,7% registrado en el conjunto del Estado. El Gobierno regional tampoco niega que la región soporta una "elevada inestabilidad" en la ocupación y una "alta tasa de temporalidad" de los contratos, "especialmente entre los jóvenes de 16 a 24 años", donde roza el 71%. El mercado laboral gallego los expulsó y su salida hacia otras comunidades y fuera del país supuso el enésimo golpe para la población, muy debilitada ya por las bajas tasas de fecundidad y el retorno a sus países de los residentes inmigrantes que llegaron a la autonomía en el periodo de bonanza. ¿Resultado? Galicia se queda con la menor cantidad de personas en edad de trabajar de los últimos diez años.

A finales del pasado 2015, la población activa en Galicia -personas de 16 o más años que "suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o están disponibles y en condiciones de incorporarse a dicha producción", según la definición oficial- sumaba 1,255 millones. El mínimo desde el cierre de 2005, cuando se contabilizaron 1,251 millones. Por el contrario, el dato más elevado de activos en la comunidad, como recogen el Instituto Galego de Estatística (IGE) y el homólogo estatal (INE), se remonta al primer trimestre de 2009, con 1,331 millones de residentes en la comunidad en edad de trabajar. Desde entonces, la caída alcanza los 76.100, con diez trimestres consecutivos de descenso.

La evolución es todavía más alarmante entre los jóvenes. No hay precedente en la serie estadística del INE que va hasta 2012 de una cifra inferior a la actual. Entre 16 y 19 años solo se contabilizan en Galicia en estos momentos 7.200 activos. El desplome en comparación con el tercer trimestre de 2007, el máximo alcanzado en esta franja de edad, roza el 76%. En el caso de los que van de 20 a 24 años, la reducción es del 55%, hasta 53.500. A mediados de 2003 superaban los 118.000. Entre los 35 y los 44 años, unos 263.000, la bajada es del 30%.

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A partir de ahí, la tendencia es la contraria. Porque el mercado laboral, evidentemente, no puede desligarse del envejecimiento generalizado de la pirámide demográfica gallega. En la última década y media, la población activa en Galicia comprendida entre los 45 y los 54 años se disparó un 40,6%. Hasta los 331.900, según la última actualización del IGE. Casi idéntico es el incremento en los que pasan de los 55 años. Un total de 207.800, el 40,1% más que en 2002.

Del total de residentes activos en la comunidad, 1,202 millones tienen la nacionalidad española o doble nacionalidad y 52.800 son extranjeros. Entre los primeros, la caída desde el inicio de la crisis ronda el 5%, mientras que en los inmigrantes que en su día buscaron una oportunidad aquí escala al 26,5%, e incluso alcanza el 43% en los que no pertenecen a la Unión Europea. El segmento mayoritario entre la población extranjera asentada en Galicia y que al acabar el pasado año se quedaron en tan solo 33.500, según el IGE.

Ellos fueron los que también coparon las migraciones exteriores una vez que la economía pinchó. De los 72.453 residentes que dejaron Galicia para marcharse a otro país entre 2008 y el primer semestre de 2015, el 62% eran extranjeros. Pero hay un cambio importantísimo desde 2014, cuando los españoles empezaron a ser mayoría en los flujos de salida de Galicia. El 51,4%. Unos 4.700. Y todavía más en entre enero y junio de 2015, los últimos datos recogidos por el INE, donde entre los casi 4.600 habitantes que hicieron las maletas, prácticamente siete de cada diez -el 67%- tenían nacionalidad española. ¿Y cuántos son jóvenes? Alrededor del 35%, lo que agrava aún más la incapacidad de relevo generacional que en estos momentos padece Galicia y que muestran un panorama desolador de cara al futuro.

Tras años con el problema demográfico fuera de la agenda pública, la Xunta lo subraya ahora como pata fundamental del nuevo Plan Estratéxico, "consciente de que no se puede pedir la concienciación y la ayuda de otros [en referencia tanto a la propia sociedad gallega, como a los gobiernos de España y Europa] si no es Galicia quien explicita el problema y elabora una hoja de ruta propia para solucionarlo".

Le va el crecimiento económico en ello. De hecho, una de las claves para entender que Galicia fuera la comunidad en 2014 con menor alza del Producto Interior Bruto (PIB) y el diferencial negativo que mantuvo en 2015 está en la atonía del consumo, fruto de las dificultades económicas de los hogares, pero también en que los mayores tienen menos necesidades de gasto.

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