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Industria arranca sus inspecciones para atajar los fraudes en el certificado energético de viviendas

Desde la obligación de contar con esta evaluación, en junio de 2013, no se había hecho control alguno - 70.000 viviendas ya la tienen

Contador de energía en una conducción de calefacción. // FdV

Desde junio de 2013 resulta obligatorio contar con un certificado de eficiencia energética en todos los inmuebles destinados a la venta o al alquiler. No pasar este trámite se considera una infracción y las multas oscilan entre los 300 y los 6.000 euros. Pero desde la entrada en vigor de esta normativa, de carácter estatal, no se ha comprobado su cumplimiento en Galicia. Hasta ahora. La Consellería de Economía de Industria acaba de aprobar el primer plan de inspección, que comenzará a aplicar de inmediato, para comprobar al procedimiento de certificación energética y evitar fraudes, tanto de particulares como de empresas que realizan estas tareas sin poseer la acreditación. En su primer plan de control, la Xunta realizará 500 comprobaciones entre las cuatro provincias,

La etiqueta energética es exigible a todos los pisos, sean nuevos o viejos, y otorga a cada construcción una calificación en función del consumo que necesitan en el día a día. Se mide el gasto en electricidad, gas y calefacción y la calidad del aire interior, las condiciones de control término y lumínico y también las emisiones. Y cuanto mejor sea el aislamiento y menor la pérdida de energía, mayor nota se obtiene en una evaluación que va de la letra A a la G, a semejanza de las etiquetas que llevan los electrodomésticos, siendo las tres últimas letras un claro suspenso.

Es una obligación impuesta por la UE que da al inquilino o al comprador una información precisa del gasto de energía que deberá afrontar cuando resida en el inmueble, lo que también sirve para negociar el precio del contrato. En todo caso, la obligación es solo de tener el certificado, indistintamente de la nota.

Al cierre del año 2015 eran 70.000 la viviendas en la comunidad autónoma que evaluaron su eficiencia energética. De ellas, según la información facilitada por la Consellería de Industria, solo el 7% resultan realmente eficientes (4.900 pisos) al obtener una calificación de A, B o C. Otras 43.400 viviendas (el 62%) se mueven entre las letras D y F, lo que las situaría en la media y el resto, 21.700 (el 31%), suspendería claramente por su elevado gasto en energía.

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