Carme Adán insiste en varias ocasiones en que el BNG y el nacionalismo cuentan con la capacidad para no diluirse en ninguna alianza preelectoral con la Marea, incluyendo a Podemos en ella, o postelectoral, como demostró la experiencia bipartita o los pactos municipales. La diputada firma con su compañera en la Cámara Tereixa Paz un texto que se debatirá ahora en las asambleas comarcales frentistas antes de la cita en la que se abordará la refundación de la organización. Apuesta por una tesis más aperturista que la línea oficial, que rechaza esa alianza con la coalición de Anova, Podemos y EU, aunque insiste: "Lo que queremos es propiciar un debate y que la militancia decida".
-Paz y usted sostienen que el BNG se encuentra en "un fin de ciclo" y propugnan una refundación similar a la asamblea de Riazor de 1982, cuando nació el Bloque. ¿Son las autonómicas la última oportunidad antes de desaparecer?
-Hablamos de fin de ciclo porque sería un autoengaño no ver el descenso electoral. En los últimos 15 años perdimos el 80% de apoyos electorales y en las últimas generales tuvimos un 4,32%, que es una luz roja muy fuerte precedida por otras en las municipales. Se mantuvo el gobierno de Pontevedra, pero, por ejemplo, en Vigo y Ourense no tenemos representación. En 2014, la dirección planteó BNG-Asambleas Abertas y luego NÓS-Candidatura Galega, por lo que había ya necesidad de cambios para sumar gente al proyecto nacionalista. Hay que abrir un nuevo ciclo acorde a las necesidades de 2016. La gente no va a esperar por nosotros. Tenemos que refundar el proyecto y plantear la estrategia para las elecciones.
-Algunos en el BNG entienden que "fin de ciclo" tiene connotaciones negativas.
-No renunciamos al pasado ni a nada. Tenemos una capacidad de movilización social innegable. Pero también se necesita peso electoral para poder transformar el país desde las instituciones. Sin apoyo electoral es más complejo en un momento donde la pulsión para echar al PP es enorme. No hablamos en términos de derrotismo. Queremos adaptarnos a la situación.
-Defienden confluir con la Marea. ¿Se puede vencer la reticencia de la línea oficial a esa alianza?
-Si en los dos últimos años ya detectamos la necesidad de hablar en términos de asambleas abiertas y NÓS era porque se percibía la necesidad de buscar alianzas. Esta política debe ser revisable bajo unos parámetros. Partimos de la premisa de que echar al PP es importante, porque en estos siete años y medio su gobierno ha sido letal.
-¿Para ustedes sería prioritaria la derrota del PP para poder transformar la realidad antes que el veto a aliarse con una coalición donde estén fuerzas estatales como Podemos?
-Sí, porque en ninguna política de alianzas que haga el BNG corre riesgo de diluirse, ni en las postelectorales, que hay en concellos o diputaciones o el bipartito, porque tenemos una militancia importante e ideas claras. Además, proponemos cinco condiciones para cualquier alianza, como respeto al principio de autodeterminación.
-¿Tampoco podría diluirse en los acuerdos preelectorales para concurrir juntos con la Marea?
-No, el BNG no se diluiría en ningún tipo de acuerdo porque es una organización con ideas claras como autodeterminación o autoorganización del pueblo, y eso no es incompatible con la transformación de las políticas de la derecha. Cualquier acuerdo pre o postelectoral está basados en unos principios básicos y unos objetivos. Nosotras queríamos abrir un debate sobre la necesidad de plantearnos un futuro como organización nacionalista, pero revisando nuestra política de alianzas con el fin de pervivencia del proyecto nacionalista. No puedo imaginar una Galicia sin un proyecto así. Tiene que existir y para ello no puede desaparecer del ámbito electoral.
-¿Sin esa alianza existe el riesgo de quedar fuera del Parlamento gallego en estos comicios?
-No tengo una bola de cristal. Nuestra obligación es dar todas las posibilidades y luego remar todos cuando decida la militancia.
-¿Descarta, entonces, romper el carné si no salen aprobadas las tesis que usted defiende?
-Sí, claro. Hacemos esto porque creemos en la necesidad de sumar y por lealtad a la organización. Yo estaría a favor de un cambio rápido. En las tesis [el relatorio oficial] se habla de una refundación que va para un año y me parece un tiempo que va mucho más allá de los tiempos actuales. Se necesita agilidad y hacerlo de forma contundente y rápida para mostrar que buscamos un cambio de rumbo importante.
-¿Qué perfil de liderazgo debería elegir el BNG?
-Aunque sea un tópico, las personas son lo menos importante. Necesitamos salir de la asamblea con el proyecto definido y unidos.
-¿Optará usted a ser portavoz nacional?
-No, hay muchísimas personas.
-¿Confía en que su tesis salga adelante el día 28?
-Confío en que sirva para el debate. No podemos ir a algo cosmético, sino a cirugía mayor. El proyecto de Riazor nació para transformar Galicia. Esto no tiene nada que ver con soberanía y autodeterminación, que son principios que asumimos, pero queremos retomar el pulso electoral y para eso necesitamos una organización que se haga a la medida de estos tiempos, mucho más ágil.
-También haría falta cerrar las heridas personales de Amio entre la gente del BNG y de Anova.
-Esas son las más dolorosas, es gente que trabajó junta muchos años. Pero estamos en una encrucijada que puede ser histórica porque nos jugamos el futuro del nacionalismo .
-¿Debe abrir la mano la UPG?
-No soy quién para hablar de ellos. Todos los que compartimos el Bloque tenemos la obligación de pensar colectivamente qué hacer con el proyecto en muy breve espacio de tiempo.
