La tesis alternativa a la línea oficialista defiende una "refundación" del BNG equiparable a la asamblea de Riazor de 1982 en la que nacieron precisamente esas siglas como un frente de partidos, pero también una estrategia electoral "flexible" que permita pactar "alianzas puntuales" con el espacio de En Marea sin vetos, pues abre la puerta a todas las fuerzas "que puedan facilitar la consecución de un cambio político en Galicia".

Esta tesis es defendida por las diputadas Carme Adán -independiente- y Tereixa Paz -militante de la UPG- en un voto particular, titulado Nacionalismo para o futuro: refundación, unidade e activismo, que será debatido ahora por la cúpula y bases de la organización, cuyo diagnóstico parte de una pérdida de sintonía del BNG con la sociedad, agudizada con la ruptura de 2012 tras la asamblea de Amio, en la que Xosé Manuel Beiras y los entonces irmandiños -hoy Anova- abandonaron el barco común. "Ese hecho incrementó la desafección de la base social nacionalista, cada vez menos identificada con la política y el mensaje del BNG", suscriben las dos diputadas, que consideran que la hoja de ruta de Amio no resultó un acierto. "La idea del fin de ciclo y de necesaria renovación se va asentando", creen las diputadas.

Su propuesta pasa por reeditar una asamblea renovadora similar a la de Riazor que parta de una "profunda autocrítica" y mantenga la "unidad" nacionalista a través de una nueva organización que resintonice su conexión con los movimientos sociales.

En paralelo, defienden una alianza electoral para que el BNG mantenga el pulso vital, aunque "en pie de igualdad" a sus socios y un peso "acorde" con su peso territorial, bajo las premisas de la defensa del derecho a la autodeterminación, una banca gallega, el idioma, la recuperación de los servicios públicos y los sectores productivos.