En Marea elevó ayer la presión sobre el PSOE para constituir un gobierno "de cambio" con el que dar carpetazo a las políticas aplicadas por el PP durante la pasada legislatura, condicionando un acuerdo también a reformas que tengan en cuenta algunas problemáticas concretas de Galicia, pero eludiendo situar como una línea roja un referéndum en Cataluña y el resto de nacionalidades históricas. Además, la portavoz de la coalición gallega, Alexandra Fernández, abrió la puerta a introducir dirigentes en un futuro Ejecutivo de socialistas, Podemos e IU. "No es momento de hablar de personas concretas, sino de programas concretos y, desde luego, Galicia tendrá gente muy preparada y válida para ser parte de un equipo de gobierno", declaró.

La alianza electoral de Anova, Podemos y Esquerda Unida estableció algunas de las reformas que considera imprescindibles para que sus seis diputados, incluidos en el grupo "plurinacional" del partido de Pablo Iglesias, apoyen la alianza que este último anunció por sorpresa antes incluso de dialogar con el líder del PSOE, Pedro Sánchez. El objetivo pasa por "volver al kilómetro cero" de 2011 antes de que Mariano Rajoy lanzase varias reformas.

Fernández propuso la derogación de la reforma laboral y de la ley del aborto, así como de la última modificación de la legislación educativa (Lomce). También la supresión de la ley mordaza y de los copagos. En segundo lugar, exigirán el "fin de privatizaciones y recortes" y la dotación de más fondos para la Ley de Dependencia, de gran impacto en Galicia, así como una reforma de la financiación local que tenga en cuenta la dispersión y el envejecimiento poblacional, reforma, por cierto, propuesta por el PP gallego en similares términos. Con estas medidas, impulsarán un plan de reindustrialización que dé respuestas a sectores castigados como el del cerco o el lácteo, añadió.

El tercer punto constituye uno de los escollos clave para ese futuro gobierno ante el desafío catalán. Mientras Podemos y sus socios defendían la celebración de un referéndum, los socialistas se negaban a cualquier consulta y ofrecían una reforma constitucional. Fernández eludió en varias ocasiones reconocer esa consulta como una línea roja y condicionó un acuerdo con el PSOE solo a que reconozca la plurinacionalidad del Estado. "Si no hablamos de esto no habrá un cambio real, sino un recambio", anticipó. "No es cuestión de referéndum sí o no", añadió.

Por otra parte, el grupo Podemos-En Comú-Compromis-En Marea se constituyó ayer en el Senado tras la imposibilidad de que las alianzas creasen su propia organización en la Cámara Alta. La coalición gallega cuenta con dos senadores.