Ya es oficial. Los tres rectores y la Xunta firmaron ayer el convenio del plan de financiación universitaria 2106-2020, que pone a disposición de las universidades gallegas 2.480 millones de euros, un 18 por ciento más de lo que recibían con el plan anterior, y establece que una tercera parte de los fondos se repartirá en función de los resultados, de cara a llegar al 40 por ciento en 2020. Para el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la firma de ayer supone un "hito histórico" en el seno del sistema universitario gallego, fruto de la "colaboración leal" y de poner "lo común por encima de las diferencias", mientras que los rectores, que en líneas generales dieron la bienvenida al acuerdo, consideraron que hay puntos que se pueden "mejorar", y así esperan que ocurra, en la comisión de seguimiento prevista.

El mandatario autonómico defendió que las negociaciones desembocaron en un plan "ambicioso" que "nunca antes movilizó tantos fondos y que nunca antes había recibido la aprobación unánime de la comunidad universitaria". Un plan, añadió, que "intenta garantizar la estabilidad y la suficiencia financiera" de las tres universidades y que establece un "nuevo modelo de reparto de los fondos más simple y transparente", "prioriza la eficiencia de la gestión" e "incrementa el peso de la financiación según los resultados". En cifras concretas, este año, explicó, las tres instituciones recibirán 392 millones de euros, un 4,8 por ciento más que en 2015, y un incremento que está por encima de lo que crecieron los presupuestos de la Xunta para este año.

Precisamente el cambio de tendencia, hacia el crecimiento, fue uno de los aspectos que los responsables universitarios valoraron. Así, Salustiano Mato, rector de la Universidade de Vigo, destacó cómo el plan supone "abandonar el escenario de descenso de recursos" para entrar "en un terreno de ligero incremento", aunque estaría "muy por debajo de lo que realmente necesitan las universidades para todo lo que pueden dar". También para el rector de Santiago, Juan Viaño, la partida es "insuficiente" por el momento científico que atraviesa el país", pero dadas las "dificultades" por las que atraviesa la sociedad, asegura que valoran el "esfuerzo".

Ambos rectores admitieron que el tener un plan plurianual les evita, como ocurre en otras comunidades, estar a la espera de lo que ocurra cada año. Así, para Mato, "lo más positivo es que existe plan", que ve "fundamental" para "poder planificar y tener un escenario económico claro y certero para los próximos años". Viaño también concedió que el documento garantiza a las universidades "buena parte de la estabilidad económica" de cara a los siguientes ejercicios.

En lo que coincidieron los tres rectores, también Xosé Luis Armesto -aún máximo responsable de A Coruña, hasta que asuma su cargo a mediados de este mes Julio Abalde-, es en poner peros a cómo se establece el reparto por resultados. Para Mato, el plan supone "un paso atrás" porque "se distribuyen menos recursos por resultados", porque, "aunque nominalmente se parte de un 33%", se reparte "un 15% real por resultados". "Deberíamos, a lo largo del plan, por eso quedamos en una comisión de seguimiento, mejorar el sistema de indicadores, que también tiene sus defectos, y mejorar todo lo que tiene que ver con el reparto por resultados", apuntó el rector vigués.

Vigo y Santiago defendían vincular a los resultados entre el 50 y el 60% de la financiación. Viaño incidió que el plan va por el buen camino, al fijar "una mayor vinculación de la financiación a los resultados alcanzados", pero recordó que la propuesta inicial defendida por la USC "no fue aceptada" y que si bien los indicadores que al final se establecieron para evaluar resultados son "más adecuados" para valorar el "éxito", la "producción científica" y la "calidad de la docencia" en Santiago, "aún quedan" aspectos que "pueden ser mejorados".

Su homólogo de A Coruña, Xosé Luis Armesto, enmarcó la firma del convenio "en la responsabilidad institucional" y en "poner por delante la cooperación", aunque opina que el plan es "manifiestamente mejorable", "sobre todo", incidió, "en los indicadores de la parte de resultados". Espera, asimismo, que "pueda mejorarse con el paso del tiempo", y confía en que "más pronto que tarde se tengan en cuenta" temas "tan importantes como la preparación para la inserción laboral de los titulados o la relación universidad-empresa". "En el tema de indicadores para financiación por resultados hubo un cambio demasiado brusco que entendemos que no es bueno para el sistema universitario gallego", sostiene.