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Más queso y menos leche

Economistas, productores y sindicatos abogan por reorientar el sector agrario a productos de más alto valor añadido y piden a la Xunta "una estrategia" para fortalecer la industria

Extensión de viñedos en la comarca de O Rosal. // FdV

El campo se desangra herido por una actividad agraria cada vez más débil. El rural envejece y los jóvenes se van a la ciudad en busca de empleo ante la falta de oportunidades en los pueblos. La paradoja es que Galicia es una comunidad autonómica líder en producción láctea y cárnica, con un sector forestal puntero y una climatología favorable al cultivo de hortalizas y frutas. Pero no es suficiente. Economistas, productores y sindicatos coinciden al cien por cien con el diagnóstico de la Xunta: falla la industria agroalimentaria, no es rentable y no aporta valor añadido. Encontrar la receta para darle rentabilidad al sector agrario es más difícil: falta iniciativa privada pero tampoco hubo hasta ahora una estrategia del Gobierno gallego para fortalecer el tejido empresarial vinculado al campo.

La secretaria xeral del Sindicato Labrego Galego, (SLG) Isabel Vilalba, explica que las políticas agrarias se han orientado "mucho hacia la monoproducción". En el sector agrario se incentivó, según explica, la producción de leche líquida y en polvo, "que son las que aportan menos valor añadido". Y en el ámbito forestal se promovió el eucalipto enfocado sobre todo a producir pasta de papel. La responsabilidad para el secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García, es claramente de la Administración. "No puede hacer de mero notario de la realidad. El sector público debe llevar la iniciativa", se queja.

Con el diagnóstico expresado por la Xunta en su Plan de Desarrollo Rural 2016-2020 concuerdan punto por punto los economistas. "Lo que aporta la industria alimentaria en el proceso de transformación es una cantidad muy pequeña. Y del valor añadido vienen los salarios y los beneficios empresariales", explica el economista de la Universidad de Santiago, Edelmiro López Iglesias. La clave está en "producir más barato y vender más caro" y para ello opina que se debería reorientar el sector hacia productos de más alto valor añadido y producir bienes diferenciados. Pero también habría que redimensionar el tamaño de las industrias que en Galicia son muy pequeñas.

¿Y por qué no se ha hecho esto hasta ahora? Edelmiro López Iglesias reconoce que la Xunta da ayudas a las industrias agroalimentarias pero "le falta una estrategia como tiene por ejemplo para el sector del automóvil".

Y, en todo caso, eso no lo solucionaría todo. También hace falta, según recalca, que haya iniciativa empresarial y ésta puede venir de mano de cooperativas de productores como ocurre en Europa. La otra opción es que surjan proyectos empresariales pero es ahí donde este economista explica que la industria láctea que había en Galicia nunca supo adaptarse a la integración en la UE.

Con su opinión coincide el profesor de Economía Agraria, Francisco Sineiro. "Curiosamente nunca existió en la agricultura una implicación importante del capital privado como sí la hubo en las empresas de transformación pesquera", señala. En todo caso, añade que tampoco hubo el suficiente apoyo desde la Administración. "No existió una política agraria que fuese capaz de reforzar el área industrial y de atraer inversiones y proyectos de fuera", lamenta. En todo caso, este experto aclara que la falta de rentabilidad de la industria agroalimentaria radica fundamentalmente en las empresas cárnicas, lácteas y en las dedicadas a la alimentación animal. "De hecho, hay dos ramas que son la dedicada a bebidas gaseosas y la de panadería y bollería que casi generan tanto valor añadido como estos tres sectores, lo que da idea de su baja productividad", explica.

Para el gerente de la Asociación Galega de Cooperativas Agrarias (Agaca), Higinio Mougán, no hay duda de que la industria agroalimentaria en Galicia es "un auténtico desastre". Y da otro dato: "aquí no llegamos al euro de valorización por cada producto final agrario mientras que en España son dos euros y en Cataluña dos euros y medio". ¿Como solucionarlo? "Se necesitan empresas propias muy ligadas a los productores y que se recupere lo autóctono", explica. Como ejemplo, pone los quesos gallegos que son ahora "insignificantes en el mercado nacional".

Unións Agrarias cree además que se debe potenciar la marca Galicia para valorizar los derivados lácteos. Para Isabel Vilalba, del SLG, también es clave fomentar los mercados locales "sin intermediarios". Y añade que "no siempre es buena la internacionalización, si eso obliga a bajar los precios", explica.

El sector vitivinícola, ejemplo de rentabilidad

  • La industria agroalimentaria gallega es de las menos rentables de España, según la Xunta. A la cabeza en productividad está, por ejemplo, Cataluña, una comunidad donde el sector de transformación tiene "una potencia extraordinaria", en palabras de Francisco Sineiro. Sin embargo, no hace falta mirar fuera de la comunidad gallega para encontrar ejemplos inspiradores de cómo revalorizar un producto, incluso dentro de la propia rama agraria, y así señalan el caso del sector vitivinícola."Ha innovado muchísimo, se ha potenciado la comercialización y se ha invertido mucho en las bodegas", explica el gerente de Agaca, Higinio Mougán.El sector del vino está cumpliendo con uno de los preceptos que aconsejan los expertos en materia agraria: buscar un producto diferenciado. "Han sabido explotar las denominaciones de origen y es un ejemplo de buena práctica hasta el punto de que se están vendiendo mejor los vinos gallegos que los de Castilla La Mancha", explica el economista Edelmiro López Iglesias.Y ya fuera de las fronteras de España, los expertos apuntan a países como Holanda, Dinamarca, Francia o Alemania como referentes con industrias agroalimentarias fuertes y mucho más rentables que las gallegas.

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