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Los efectos de la morosidad durante la crisis

Los juzgados gallegos arrancan el año con subastas de locales comerciales, una fábrica y un motel por 18,7 millones

Pontevedra acapara más de la mitad de las pujas y uno de cada ocho euros en juego - La mayoría de las propiedades son viviendas producto de ejecuciones hipotecarias

Subasta de un hotel realizada en los juzgados de A Coruña. // Víctor Echave

La coyuntura económica no sentó bien a los bolsillos de los gallegos. Ni tampoco, indirectamente, a sus propiedades. Los impagos desembocaron en multitud de embargos que acabaron traduciéndose en carga judicial: la celebración de subastas para traducir los bienes a dinero y pagar las deudas pendientes. Si en el segundo semestre de este año los juzgados de la comunidad tenían que dar salida a un millar de bienes valorados en 186 millones de euros, 2016 arranca con medio centenar de pujas (44) en las que cambiarán de manos un total de 87 bienes. La diferencia en las cifras entre el pasado año y el principio de este radica sobre todo en el colapso del portal de internet donde se registran todas las subastas, pero cuando recupere su funcionamiento normal, el número de pujas subirá notablemente.

Pontevedra es la que más actividad judicial genera por esta razón. A día de hoy y hasta marzo, los juzgados de la provincia han dado cita para 23 pujas, en las que se sellará el nuevo destino de un total de 48 bienes, más de la mitad de los que están en juego en Galicia. Pero, más allá de la cantidad, las pertenencias que saldrán a la palestra en los tribunales pontevedreses destacan por su calidad, al menos si esta se relaciona con el precio, ya que de los 18,7 millones de euros en los que están tasadas las propiedades que se subastarán en la comunidad, a Pontevedra le corresponden 15,6 millones, es decir, cuatro de cada cinco euros. Con todo, el valor de tasación no tiene por qué corresponderse con el que finalmente se convierta en su precio de venta.

Junto a Pontevedra, sobresale Ourense, donde están convocadas 9 subastas para 19 bienes (en un caso están dos locales comerciales sobre la mesa al mismo tiempo y en otro, diez parcelas urbanas de dos empresas a la vez). El valor de tasación más alto en la provincia supera el medio millón de euros (una fábrica), aunque su vecina del sur, Pontevedra, juega en otra división, con cifras que alcanzan los 2,1 millones (en el caso de un edificio entero en Caldas de Reis) e incluso los 2,5, el valor de tasación establecido para un local urbano compuesto de dos plantas en una céntrica calle de Vigo. Este último protagonizará, junto a otros locales y casas situados en el centro de la ciudad olívica y también en Pontevedra, el mismo día una subasta de récord, ya que las tasaciones de los inmuebles sumadas superan los 9,7 millones de euros.

En el norte de Galicia parecen tiempos de menos estrecheces, o tal vez solo de menor actividad inmobiliaria. En Lugo solo hay convocadas 3 pujas, todas ellas de pisos con sus correspondientes trasteros y algún garaje. Mientras, en A Coruña, donde los protagonistas de las 9 subastas son también pisos, en buena parte de los casos, la valoración más alta no llega a los 270.000 euros e incluye vivienda, dos plazas de garaje e incluso trastero, en el municipio de Cambre.

Lo que sí tienen en común las cuatro provincias es el origen de las subastas: en la mitad de los casos son el resultado de ejecuciones hipotecarias por parte de entidades financieras. Aunque estos procedimientos también afectan a locales comerciales y a todo tipo de inmuebles, las más tocadas son las viviendas, casi todas pisos, pero también alguna casa unifamiliar, que en algún caso llega a superar los 600.000 euros.

Las cifras también demuestran que si el sueño de bastantes familias de disponer de una vivienda de su propiedad se truncó por el camino cuando dejaron de poder hacer frente a los pagos de las hipotecas, los proyectos empresariales tampoco salieron indemnes de la recesión.

Los datos del Ministerio de Justicia revelan que los locales, específicamente los comerciales, son otras de las víctimas de la coyuntura económica (los juzgados buscan nuevo propietario para una docena en toda la comunidad), pero también que otras iniciativas diversas, como de una granja, una fábrica o un motel, al final se quedaron por el camino. Sin contar las fincas de promotoras inmobiliarias que están también sobre el tablero o la decena de lotes de material industrial de una empresa.

Las pujas incluyen desde una fábrica de piensos a un edificio que iba para motel o un barco

  • La crisis ha golpeado tanto a ciudadanos de a pie como a empresas. Al lado de las parcelas de promotoras inmobiliarias que protagonizarán en las próximas semanas las subastas en algunos juzgados, algunos se dejan el piso y otros un proyecto que pretendía ir más allá. Por ejemplo, entre las pujas previstas para arrancar el año, se encuentra la de un monte con terreno de labradío que viene con vivienda unifamiliar incluida y una nave industrial dedicada a granja agrícola, valorado todo ello en casi 170.000 euros, mientras que también en los listados de las pujas de Ourense puede encontrarse a otros que intentar apostar asimismo por el sector primario: una fábrica de piensos valorada en más de medio millón de euros.Entre los proyectos que fueron más allá de una vivienda y acabaron en subasta está uno de un edificio destinado a motel en Caldas de Reis de cuya envergadura dan idea las cifras: 20 garajes, 35 dormitorios y una finca de diez mil metros. No es de extrañar que su tasación sea de las más altas, con 2,1 millones.Aunque la pérdida de viviendas habituales por ejecuciones hipotecarias ha sido la protagonista durante estos años de las protestas de grupos ciudadanos por el impacto que puede tener en las familias, en las subastas pueden aparecer toda clase de bienes, desde un molino a una calculadora, como ocurrió en los meses pasados. En las pujas que están planificadas a corto plazo hay sitio para ordenadores de una empresa (un lote de 650 euros, el valor más bajo de las subastas previstas), que están listados al lado de tuberías, motores, cigüeñales, culatas o bombas de aceite (diez lotes de la misma firma), pero también para embarcaciones. Así, saldrá a subasta un motovelero de 15 metros de eslora del año 1991 tasado en unos 123.000 euros cuyo tercer poseedor es el Estado por haber sido decomisado.

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