A las ocho y media de la tarde, la sede del PSdeG en Santiago era lo más parecido a un velatorio. Las encuestas a pie de urna parecían que iban a confirmar lo avanzado por los sondeos previos durante la campaña, que los socialistas gallegos se quedarían con cuatro o, en el mejor de los casos, cinco escaños en el Congreso. Caras largas, silencio y un punto de angustia. "Parece que realmente venimos a un funeral", admitía una de las personas que acudieron al cuartel general del PSdeG, donde Besteiro rumiaba los resultados acompañado por la cabeza de lista por A Coruña y secretaria de Organización, Pilar Cancela, el portavoz parlamentario, José Luis Méndez Romeu, y una decena de colaboradores.

Pero el ambiente comenzó a transformarse conforme el Ministerio del Interior avanzaba los primeros resultados basados en el escrutinio real. No había tal debacle y el PSdeG era capaz de mantener los seis diputados en el Congreso. Eso a pesar de perder 110.000 votos y dejarse en el camino dos senadores. Pero daba igual. Tras los pronósticos tan pesimistas se dio rienda suelta a las emociones, todas exultantes. Se elevaba el tono de voz, se hacían chascarrillos, las sonrisas se extendieron y Besteiro y sus colaboradores acabaron gritanto "¡presidente, presidente!" mientras seguían por televisión la intervención de Pedro Sánchez.

Llegó a ser tal el entusiasmo que Besteiro entró en la sala de prensa para realizar su valoración de los resultados soltando un televisivo "¡qué pasa Neng!" mientras daba una palmada.