El Instituto Nacional de Estadística confirma, una vez más, la imparable, desde 2009, cuesta abajo de la población gallega. A lo largo de 2014 y con los datos de 1 de enero de este año sobre la mesa, ya oficiales, del padrón municipal, Galicia contabilizaba 2.732.347 habitantes, lo que supone restar 16.348 con respecto a la misma fecha del año anterior. Se trata de la segunda mayor caída que registra la comunidad en los últimos 17 años, solo superada por los 17.245 vecinos que descontó a lo largo de 2013. El resultado es que las cifras de población de la comunidad se sitúan a la altura (e incluso un poco por debajo) de las que tenía en 2001. No obstante, no toda la geografía gallega sufre el fenómeno con la misma intensidad y 45 concellos suman habitantes (aunque en muchos casos sea modestamente), mientras que en otros tres municipios -todos de Ourense- se atrincheran los mismos vecinos que tenían a 1 de enero de 2014.

Si la población gallega de un año para otro se reduce, a nivel autonómico, un 0,59 por ciento, los golpes acusados por los concellos van en algún caso mucho más allá, como ocurre con los cinco que sufren más la atrofia demográfica, todos ellos concentrados en la provincia de Ourense: en Beariz, disminuyeron los vecinos un 8,6%, en Calvos de Randín el descenso fue del 6,4%, en Entrimo se superó el 5,4%, en Xunqueira de Espadañedo se llegó al 5,2% y en Bande, al 5,1 por ciento.

Por el contrario, toda la geografía gallega se reparte, también con cierta desigualdad, los 45 ayuntamientos afortunados que pueden presumir de engordar padrón, uno menos que un año atrás. La mayoría (17) se concentran en A Coruña, seguida, también en este círculo, por trece ourensanos, doce de la provincia de Pontevedra y únicamente tres en la de Lugo. En Ourense se encuentran también los tres municipios que han conseguido mantener el tipo un año. Aunque no han ganado habitantes, al menos tampoco los han perdido. Se trata de A Arnoia, Muros y Oimbra.

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No obstante, las aportaciones al padrón son tan modestas que en bastantes casos se pueden contar, como mucho, con los dedos de las dos manos. Así ocurre en quince de los municipios que ganaron población (es decir, una tercera parte), pero que sumaron un máximo de diez habitantes. Seis de ellos están en Ourense, cinco en A Coruña, tres en Pontevedra y uno en Lugo. En el caso de Pontevedra, Gondomar y Cotobade se apuntaron cinco empadronados más y Fornelos llegó a los diez, pero en Ourense Carballeda de Valdeorras solo ganó 1, como Abegondo (A Coruña), mientras Manzaneda sumó dos, igual que Ares (también en A Coruña), y en Lugo Negueira de Muñiz logró sumar hasta tres.

Pero lo contrario también pasa. En torno a una veintena de concellos que registran números rojos con respecto al año anterior lo hacen por poco. Así ocurre, por ejemplo, en los casos más notorios, en Monterroso (Lugo), Mañón (A Coruña) o Riós (en Ourense), que solo pierden un habitante.

Hay que ir a la provincia de Pontevedra para localizar los municipios que lideraron los incrementos en números absolutos en toda la comunidad. Así, Cambados encabeza la lista al sumar 496 habitantes, y O Porriño se sitúa en segundo lugar al incorporar 390. El tercer puesto corresponde al concello coruñés de Ames, que gana 292 residentes, seguido por Teo, también en A Coruña, con 251 vecinos más. Sin embargo, en términos porcentuales, el que ve medrar más su padrón es Vilardevós, en Ourense, cuya población registra un boom de 146 personas, lo que se traduce en un 7,21 por ciento más.

Ello no impide que la provincia de Ourense se sitúe en el cuarto lugar de las que más vieron adelgazar su padrón a lo largo de 2014 en la España peninsular, ya que el conjunto de sus municipios perdió 3.902 habitantes, el 1,21% de sus ciudadanos. No obstante, Cuenca, Soria y Ávila y Melilla notaron más el impacto.

El comportamiento del resto de las provincias gallegas es coherente con el de la comunidad. Todas restan, en vez de sumar, aunque las caídas en la población oscilen porcentualmente entre el 0,98 por ciento de Lugo (con 3.362 moradores menos), el porcentaje más alto tras Ourense, y el más moderado, que registra Pontevedra, que a pesar de perder 3.545 habitantes registra una caída del 0,37%. A Coruña se queda con la peor cifra en Galicia en números absolutos, 5.539 residentes menos, aunque en porcentaje no llegue al 0,5 por ciento.