Los pleitos que llegan a los juzgados gallegos empezaron a contenerse desde la entrada en vigor de las tasas judiciales, anuladas a principios de año. Este descenso de la litigiosidad en la comunidad supuso un balón de oxígeno a los órganos más colapsados, pese a ser una de las comunidades que está a la cola de asuntos que debe atender cada juez. En el tercer trimestre del año, los juzgados gallegos recibieron más de 105.000 asuntos, un 3 por ciento menos que el mismo periodo del año pasado, según el balance divulgado ayer por el Consejo General del Poder Judicial. O lo que es lo mismo, cada juez en Galicia atendió entre julio y septiembre una media de 411 asuntos, un dato que la convierte en la quinta comunidad con menos número de asuntos por magistrado, por detrás de La Rioja (325), Asturias (341), País Vasco (377) y Castilla y León (406). En el extremo opuesto de la lista se encuentran Baleares (620), Madrid (602) y Andalucía (597).

Pese a que los tribunales gallegos tienen una carga de trabajo por debajo de la media, se mantienen entre los más colapsados del país. De hecho, son los novenos en el ranking autonómico que más asuntos tenían todavía en trámite al cierre del tercer trimestre. En concreto 562 causas pendientes en cada órgano judicial. A la cabeza de la tasa de pendencia están Murcia (887), Castilla-La Mancha (809), Valencia (788) y Andalucía (754). La tasa de pendencia en la comunidad gallega afecta, principalmente, a los juzgados de lo Social. En este caso se sitúa en 4,8 frente al 3,9 del contencioso, el 0,78 del penal y el 2,31 del civil.

Al igual que ocurre en la estadística nacional, el número de asuntos recibidos desciende en todas las jurisdicciones, salvo en la civil.

Pese a que el número de asuntos llevados a los tribunales gallegos descendieron durante el tercer trimestre del año un 3 por ciento, este descenso de la litigiosidad no se tradujo en un mayor índice de resolución. De hecho las causas resueltas entre julio y septiembre (100.682) se quedaron un 2,4 por ciento por debajo de las finalizadas el mismo periodo del año pasado.

En cuando a los asuntos en trámite al final del periodo superan los 144.500, un 7,1 por ciento menos que el tercer trimestre del año pasado. Un informe del Poder Judicial ya advertía el año pasado de la necesidad en Galicia de 15 juzgados más para sumir la carta de trabajo establecida por propio Poder Judidial.

Una de las peores partes del proceso se la sigue llevando la ejecución de sentencias. Los juzgados gallegos cerraron el tercer trimestre del año con más de 123.000 fallos pendientes de ejecutar, prácticamente la misma cifra que el año pasado (más de 124.200).

A Coruña y Lugo, con una tasa de congestión por encima del 2,7 están entre las provincias españolas con los juzgados con más sobrecarga de trabajo. De hecho, tan solo los órganos judiciales de Toledo los superan, con un índice del 3,04, según los datos del tercer trimestre del Poder Judicial.

Carga de trabajo

Por el contrario, los tribunales de Pontevedra y Ourense tienen una carga de trabajo por debajo de la media nacional (2,29), con una tasa del 2,03 y del 2,27, respectivamente.

Los juzgados de lo social registran la tasa de congestión más alta: en los juzgados de A Coruña y Lugo está por encima del 8; mientras que en Pontevedra supera el 4 y en Ourense apenas llega al 2,4. En lo penal, salvo Ourense, que está por debajo de la media, los juzgados de las otras tres provincias gallegas (entre el 0,8 y el 1,1) están por encima del resto de órganos del país (0,63). En lo contencioso, solo Lugo (4,86) supera la media (4,25).

En el ámbito estatal, el número de asuntos ingresados en el tercer trimestre de 2015 en los órganos judiciales españoles experimentó un descenso de un 2,1 por ciento respecto del mismo trimestre de 2014.