La Xunta congelará el próximo año las valoraciones de los inmuebles, tanto urbanos como rústicos, sobre los que aplica los impuestos autonómicos de Sucesiones y Donaciones, Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Desde ayer, la Consellería de Facenda tiene a información pública la orden por la que se regularán los medios de comprobación de las tasaciones en 2016 y, según el departamento de Valeriano Martínez, se mantienen los mismos valores que rigen en Galicia desde el pasado 1 de julio, cuando se aplicó una rebaja media del 15% al conjunto de los inmuebles de la comunidad autónoma y se comenzó a aplicar un nuevo modelo, ya que el anterior había sufrido una oleada de resoluciones en contra emitidas tanto por el Tribunal Económico y Administrativo Regional, como por la justicia ordinaria e incluso el Supremo.
Ahora se abre un plazo de siete días hábiles para la presentación de alegaciones, dado que la orden entrará en vigor el día 1 de enero. "Debido a las necesidades de analizar un mercado inmobiliario muy volátil e inestable, en el cual aparecen nuevos actores no tradicionales como la Sareb o las inversiones internacionales, y con la intención de que queden reflejadas las tendencias más recientes en la evolución de los valores, se hace aconsejable técnicamente disponer de los datos de mercado más próximos al ejercicio de 2016, de forma que el análisis que contiene se aproxime lo máximo posible a la fecha de su entrada en vigor, prevista para el 1 de enero. No fue posible, por tanto, comenzar antes la tramitación de la orden", argumenta la Consellería de Facenda la premura con que se aprobarán las nuevas valoraciones.
Desde el pasado 1 de julio a los contribuyentes gallegos ya no se les aplica el polémico sistema de precios medios que la Administración autonómica había utilizado en los últimos cinco años para fijar el valor de un bien por el que toca tributar. Tras todas las resoluciones judiciales en contra motivadas por un aluvión de reclamaciones de los dueños, a la Xunta no le quedó más remedio que cambiar el modelo. El anterior, basado sobre los supuestos precios medios del mercado, disparó la cotización de viviendas y garajes a efectos contables, para el pago de los tributos, pese a que el mercado comenzaba a desinflarse tras el estallido de la burbuja del ladrillo y el abaratamiento generalizado de los inmuebles. La consecuencia era que el valor fiscal de los bienes, sobre el que luego se calculan los impuestos, llegaba incluso a doblar el precio real. De ahí las numerosas, reclamaciones, contadas por miles cada año, que se presentaban contra la Xunta.
En julio de este año, el Gobierno gallego introdujo nuevos criterios para realizar los cálculos de cada inmueble urbano. Desde entonces se basan en coeficientes sobre los valores catastrales en función del último año de actualización de la ponencia combinados con la evolución del mercado en cada municipio.
Según la Xunta, este sistema abandona las tasaciones genéricas y permite obtener valoraciones más individualizadas de cada vivienda. El nuevo modelo llevó aparejada una rebaja media de las tasaciones a efectos fiscales del 15%, siendo más acusadas en las ciudades, con una reducción del 24% en las áreas metropolitanas de Vigo, A Coruña y Pontevedra y del 19% en el resto.
El nuevo modelo solo se aplica a los inmuebles urbanos, "dado que esta metodología no es extensible a los bienes rústicos", asegura Facenda. En todo caso, las valoraciones de este tipo de suelo también se mantendrán sin cambios en 2016 debido al mayor control sobre sus usos urbanísticos, que impiden la especulación. "Los estudios de mercado correspondientes a este año avanzan una estabilización de los precios de los inmuebles rústicos en Galicia, fruto del incremento de los controles e inspecciones sobre legalidad urbanística que la propia Xunta establece en cooperación con los concellos que hacen más difícil el uso de suelo rústico para aprovechamiento de expectativas urbanísticas no relacionadas con actividad agrícola o forestal", argumenta la Consellería de Facenda.
