No es fácil llegar a ser español. Sobre todo si el aspirante a obtener la nacionalidad por residencia proviene de un país de habla no hispana. En ese caso tendrá que demostrar un mínimo dominio del idioma (a través del DELE o del respectivo certificado de una escuela de idiomas). También. De lo que no podrá prescindir es de superar una prueba de conocimientos constitucionales y socioculturales de España (CCSE), que por la reforma del Registro Civil recae en el Instituto Cervantes y se hace desde octubre de este año.

Por ahora, en Galicia, en las dos convocatorias realizadas, 49 inmigrantes han intentado pasar ese filtro, una cantidad modesta si se la compara con los 15.556, sobre todo de Marruecos, Bolivia, Pakistán, Colombia y Cuba, que se examinaron en todo el Estado según el Cervantes. Pero en Galicia solo un centro realiza la prueba.

A eso achacan desde el Foro Galego de Inmigración el bajo número de examinados. La falta de plazas, critican, obliga a los solicitantes a engrosar la lista de espera y "paraliza sus expedientes", con el riesgo de que no sirvan los certificados de penales que deben pedir a sus países y tienen caducidad. Además, critican que hay que apuntarse por internet, lo que "para muchos es complicado". "Aumentan las trabas administrativas y hacen la vida de los inmigrantes cada vez más complicada", denuncian, mientras advierten que el examen se exige cuando los extranjeros que llegaron a Galicia durante la bonanza "están en condiciones", por años de residencia, "de pedir la nacionalidad", y pueden ascender a unas "3.000 o 4.000 por año".

Hasta ahora, solo una academia privada, Iria Flavia en Santiago, había firmado un convenio con el Instituto Cervantes para realizar el examen. Desde esta institución aseguran que no limitan los centros, pero que estos no se mostraron interesados. La prueba, alega, exige garantizar que no se copie y el anonimato, por lo que no todos los locales pueden asumirla. De hecho, la academia que realizó los dos únicos tests que por el momento se pasaron en Galicia, ofrece 40 plazas (número que, según el Cervantes, fija el centro evaluador), y están agotadas las convocatorias de enero, febrero y marzo.

En unos días la situación cambiará porque la Universidade de Santiago, cuyo Centro de Lenguas Modernas ya realiza el DELE (la prueba de español) se sumará como evaluador, lo que permitirá incorporar, afirman desde el Cervantes, otras 200 plazas mensuales (ya agotadas también en enero). Aun así, los inmigrantes de las cuatro provincias tendrán que acudir a la capital gallega para superar el test, mientras que solo en Barcelona disponen de diez alternativas. Desde el Cervantes apuntan que a medio plazo cuentan con extender los convenios a cada provincia. En Vigo se pueden hacer ya los exámenes de lengua (DELE), en la Universidade y en un centro privado.

También, explican desde el Foro Galego da Inmigración, puede influir que desde la reforma del Registro Civil que entró en vigor a mediados de octubre aspirar a ser español por residencia no sale gratis. Hay que abonar 100 euros solo para iniciar los trámites en el Registro. Pero otros 85 son casi automáticos, porque hay que pasar por el examen cultural. Por esa tasa, el postulante dispone de dos intentos. Y si el tiene la mala suerte de no conocer el español también tendrá que sacarse el certificado del idioma.

El examen CCSE, cuyo contenido se encarga de elaborar el Cervantes, consta de 25 preguntas de las que el potencial español tiene que superar al menos 15. Es de tipo test y puede incluir cuestiones del tipo a quién compete convocar las elecciones, cómo se denomina el clima de Canarias, a qué se dedica Penélope Cruz, cómo se llama el informativo de la Primera, qué fiesta es famosa en Canarias y en Cádiz, qué producto exporta España en cantidades industriales o qué se considera una familia numerosa.

Respecto a la demanda que el examen puede tener en la comunidad, pueden resultar orientativos los datos de los últimos ejercicios. Así, según el INE, durante el primer semestre de este año obtuvieron en Galicia la nacionalidad por la vía de residencia, que es el grupo al que afectan estas pruebas, 1.030 foráneos, mientras que en 2014 lo lograron 3.838 y en 2013 fueron 6.564.

Aunque el INE sitúa a la mayoría de quienes consiguieron la nacionalidad por la vía de residencia este año en A Coruña, 308 extranjeros vivían en Pontevedra y otros 220 entre Ourense y Lugo. El año pasado, A Coruña concentraba el 46% de los nuevos adjudicatarios de nacionalidad y el 28% Pontevedra, pero en 2013 esta última aportó un tercio del total.

Desde el Foro Galego de Inmigración también muestran su desacuerdo con que la Xunta exija ahora a los extranjeros de fuera de la UE un curso de 40 horas para avalar la renovación de su permiso de estancia ante el Gobierno, que tiene en cuenta el informe sobre su integración si no pueden demostrar trabajo o recursos.