Más allá de las promesas electorales para acabar con el paro, la Comisión Europea pone sobre la mesa un dato esperanzador: existe un "déficit" de 900.000 profesionales de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en Europa, como señaló ayer el director de Administraciones Públicas de la consultora everis, Sergi Biosca. El problema es que no hay trabajadores suficientes para cubrir estas vacantes. Ni los habrá, advierten desde la Xunta, a corto plazo, al menos aquí, porque los adolescentes gallegos no sienten predilección por unas carreras que casi la mitad de ellos no se ven capaces de estudiar, según un estudio de la Xunta con la consultora everis.

En los últimos años, el porcentaje de estudiantes universitarios que optó por estudios vinculados a competencias STEM (física, química, tecnología, ingeniería de telecomunicaciones e informática y matemáticas), que son las que analiza el estudio, ha ido bajando en Galicia, desde el 8,9% de 2011-2012 hasta el 8,5% del curso 2013-2014, cuando solo estaban matriculados 5.062 alumnos. En 2014, de los 10.000 titulados en Galicia, solo 753 habían cursado carreras científico-tecnológicas. Y la "previsión" es que el número de alumnos que optan por estos estudios siga siendo "insuficiente" en los próximos años a pesar de que, como recordó ayer Mar Pereira, directora de la Amtega, la gallega es la quinta comunidad con más empresas del sector TIC (2.232), con un volumen de negocio de casi tres mil millones de euros, y que son más de 14.000 los profesionales empleados en las TIC en los últimos cuatro años. La conclusión es que la demanda de profesionales digitales "supera" las vocaciones TIC de los alumnos gallegos.

Para averiguar qué ocurre y poner remedio a esta tendencia, la Xunta han decidido ir a bucear en sus orígenes y preguntar directamente a 5.120 estudiantes de 3º y 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato de 40 centros repartidos por la geografía gallega qué quieren estudiar y por qué. El análisis, realizado por la consultora multinacional everis, no solo constata que casi un 40% de los alumnos, como explican desde Amtega, no se sienten capaces de cursar estudios STEM (36% en el caso de las ingenierías y TIC y 39% en matemáticas, física o química), sino que revela además dos brechas, y por tanto, dos colectivos donde habría que "focalizar" esfuerzos, como apuntó Sergio Marco, coordinador del informe.

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Por una parte, una brecha de género: el nivel de "autoconfianza" en las chicas de sus capacidades es más bajo que el de sus compañeros (solo el 54% se ve capaz de afrontar estos estudios frente al 74% de los varones). Además, si en general el 40% de alumnos de ESO muestra su inclinación por estudios STEM, en el caso de ellas el porcentaje que se lo propone baja al 33% (frente al 46% de ellos). Por otra parte, la encuesta revela que el nivel socioeconómico y cultural también es determinante en la decisión: cuando es "alto", el 54% de los encuestados optan por estas carreras, mientras si es "bajo", solo un 24%, "treinta puntos menos", resaltó Marco, quien señaló que este dato pone de relieve "no ya una cuestión de educación, sino de oportunidades".

Además, aunque el 40% de alumnos se incline por carreras científico-tecnológicas, tras el Bachillerato, cuando hay que matricularse en la universidad, las ingenierías y las TIC solo se llevan un 24% de los estudiantes mientras matemáticas, física y química se llevan un 9%. El grueso, el 67% restante, opta por otras alternativas, en su "mayor parte", carreras del ámbito biosanitario, explican desde la consultora.

Por otro lado, el estudio constata que los estudiantes toman la decisión de lo que quieren estudiar muy pronto. En 3º y 4º de ESO solo un 14% no tiene claro qué hará, por lo que los expertos inciden en que "hay que actuar antes" para atraer vocaciones, y aconsejan "fomentar el interés" de los alumnos en materias TIC entre el segundo y el tercer ciclo de primaria, un momento que los expertos consideran "clave".

Porque la vocación sigue siendo la motivación principal de los alumnos (92% en general, 97% en el caso de carreras STEM) para elegir qué estudios realizarán, seguida de la utilidad y de la facilidad. Respecto a este último punto, el estudio enfatiza que la facilidad es la razón que alega el 59% de alumnos de la ESO que se decanta por un bachillerato distinto al científico-tecnológico, una percepción que, sostienen los expertos, habrá que cambiar.