La Consellería de Sanidade administra ya el primer fármaco innovador adquirido a un laboratorio al que solo pagará los envases si el producto mejora la salud de los pacientes. Es el llamado contrato de riesgo compartido, una fórmula con la que el Sergas pretende conjugar la incorporación de medicamentos de última generación sin que se dispare la factura farmacéutica. En julio de este año se firmó el primer contrato para suministrar terapia biológica a los pacientes que sufran artritis reumatoide. Si en doce semanas la evolución de los enfermos es favorable, la Xunta abonará los envases consumidos al laboratorio, de lo contrario, la empresa farmacéutica no se llevará nada. Y además está negociando la administración de otro medicamento para el cáncer de pulmón que también pagará en función de los resultados y que podría estar listo en el primer trimestre del próximo año.
Los últimos avances farmacológicos pueden ser clave para mejorar o curar a muchos pacientes, pero también son extremadamente caros y es ahí donde el Sergas afronta la disyuntiva de continuar rebajando la factura farmacéutica sin renunciar a las novedades terapéuticas. "El coste del I+D es muy elevado y hemos tenido que plantearnos nuevas formas de financiación", destaca la subdirectora xeral de Farmacia, Carolina González.
El problema, según explican desde el Sergas, es que los fármacos innovadores generan muchas incertidumbres. "No sabes si la efectividad va a ser la misma que la del ensayo clínico, si pueden surgir efectos adversos y además también es difícil calcular el impacto presupuestario que van a tener", aclara Carolina González.
Ésta es la razón por la que la Xunta ha apostado por el contrato de riesgo compartido. Pero no se puede aplicar a todos los medicamentos. Tienen que reunir dos condiciones. que sean innovadores y sus resultados deben ser fácilmente medibles.
Y el primer medicamento que han adquirido bajo esta modalidad ha sido uno contra la artritis reumatoide. Se trata de una terapia biológica, método basado en cultivos vivos o productos orgánicos, que tiene un coste de entre 8.000 y 10.000 euros al año por paciente. Son además fármacos muy delicados puesto que requieren de una determinada temperatura para conservarse.
Su eficacia en los pacientes es fácilmente medible mediante la escala DAS-28, que mide, por ejemplo, la inflamación de las articulaciones. "Si a las doce semanas no se encuentran parámetros de remisión de la enfermedad el laboratorio nos devuelve el coste de los envases suministrados durante esas doce semanas. Si el fármaco funciona, asumimos el coste", explica la subdirectora xeral de Farmacia que aclara, en todo caso, que aún es pronto para valorar tanto la eficacia como los ahorros que ha permitido la firma de este contrato de riesgo compartido.
El siguiente medicamento adquirido mediante esta fórmula será contra el cáncer de pulmón. En este caso, será químico, no una terapia biológica como en el caso de la artritis reumatoide. El Sergas está negociando en estos momentos con el laboratorio y podría cerrarse el acuerdo a principios de 2016.
El Sergas prepara además otro tipo de contrato para el suministro de fármacos que consistirá en que pagará a los laboratorios un precio distinto por el mismo fármaco en función de la eficacia que tenga para responder a diferentes patologías. La subdirectora xeral de Farmacia pone un ejemplo: "si hay un medicamento que está indicado para el cáncer de pulmón, ovario y colon, pero en el tratamiento del cáncer de pulmón tenemos una supervivencia mayor en los pacientes que en el tumor de colon, entonces pagaremos más al laboratorio por los pacientes tratados de cáncer de pulmón".
El gasto en farmacia hospitalaria representa ya un tercio de toda la factura en medicamentos
- La elevada factura farmacéutica ha sido el principal caballo de batalla de la Consellería de Sanidade para garantizar la sostenibilidad del sistema gallego de salud. Desde 2009 ha conseguido rebajar el gasto en un 26,3 por ciento. Ahora, sin embargo, la preocupación del departamento que dirige Jesús Vázquez Almuíña está en el gasto en farmacia hospitalaria que cada vez tiene más peso en la factura total de medicamentos del Sergas.En 2005 el coste de las medicinas que se suministran en las boticas de los hospitales representaba el 20 por ciento del gasto total. En la actualidad ya es más de un tercio de toda la factura farmacéutica del Sergas, tal y como advierte la subdirectora xeral de Farmacia, Carolina González.Hasta 2009 el gasto en farmacia hospitalaria creció un 10 por ciento. "Entre ese año y 2012 aplicamos una serie de medidas normativas que permitieron contener el gasto", aclara la responsable de Farmacia del Sergas. Sin embargo, desde 2013 volvió a crecer el coste de medicamentos de las boticas hospitalarias. En el último año el aumento fue del 2,14 por ciento, mientras que el gasto de las recetas en las farmacias bajó un 1,6 por ciento.Detrás de este aumento del gasto en farmacia hospitalaria está, por un lado, el incremento de la población de más edad y el aumento de las patologías crónicas. "Enfermedades para las que antes no había esperanza de vida, ahora sí, pero se cronifican y suponen más gasto", explica Carolina González.La otra razón es la incorporación de las terapias biológicas, cuyos costes son mayores. Se trata de medicamentos elaborados a partir de microorganismos y que permiten tratar enfermedades como la artritis o la esclerosis múltiple.
