El gobierno local de Pontevedra de Miguel Anxo Fernández Lores (BNG) aprovechó ayer la baja médica de un edil del PP para sacar adelante las cuentas del próximo año, que ascienden a 72 millones de euros. El regidor sacó pecho de la decisión, que permitió que su voto de calidad desempatase los apoyos y rechazos a los presupuestos en una corporación donde el Bloque tiene 12 de 25 ediles (7 del PP, 3 del PSdeG, 2 de la Marea y 1 de Ciudadanos. "Estoy orgulloso de aprobar estos presupuestos y no estoy arrepentido", alegó.

La ausencia del popular César Abal en la sesión extraordinaria de ayer debido a una intervención quirúrgica se conocía desde el viernes, pero el BNG no suspendió el pleno, sino que aprovechó la situación, lo que provocó una avalancha de reproches y críticas desde las filas populares y socialistas.

El portavoz del PP, Jacobo Moreira, espetó a Lores que no esperaba su decisión, "que demuestra la decrepitud y agonía política en la que está usted instalado". Tras criticar la "mezquindad, soberbia y falta de ética política" del BNG por beneficiarse de la baja de Abal, Moreira anunció que tratarán al Bloque "de la misma manera" tras "obtener una mayoría que no le han dado las urnas". "Ruín y soberbio" fueron palabras que también utilizó el portavoz del PSOE, Agustín Fernández, igual o más beligerante que Moreira contra la actitud del alcalde. En cambio, Luis Rei (Marea de Pontevedra) y María Rey (Ciudadanos) no entraron en esa polémica y centraron sus intervenciones en criticar el proyecto de presupuestos.

El debate comenzó con la explicación presupuestaria por parte del concejal de Facenda, Raimundo González Carballo, quien echó en cara de la oposición, especialmente a PP y Ciudadanos, que "digan que garantizan la gobernabilidad y dejan gobernar a la lista más votada" para después tratar de "tumbar" los presupuestos, pese a su "incapacidad" de pactar unas cuentas alternativas. También recordó que en otros momentos se produjeron bajas médicas "y nunca se pidió aplazar".

Su discurso no concitó apoyo alguno. "Siempre defendimos que gobierne el más votado, pero no por ello podemos aceptar todo lo que usted proponga y tampoco estamos obligados negociar unas cuentas alternativas con la oposición; es el BNG el que debe negociar y no siquiera nos llamó", afeó Moreira.

El propio Lores defendió su decisión tras recibir la llamada del PP para comunicar la baja de su concejal. "Lo valoré y llegué a la conclusión de mantener la sesión, entre otras razones porque no vi en la oposición un presupuesto alternativo al no ser capaces de ponerse de acuerdo ni presentar enmiendas coherentes", justificó. También recordó que en caso de no poder aprobar las cuentas, hubiese prorrogado las actuales. "Mi obligación es gobernar y no me arrepiento", concluyó.