Si los políticos tienen estos días la agenda repleta de actos electorales para conseguir un buen resultado en las elecciones generales del 20-D, los ganaderos gallegos también tienen en mente esa fecha. El lácteo gallego busca una solución a la crisis del sector antes de que se celebren los comicios porque son conscientes de que luego tendrían que esperar como mínimo otros dos meses que se sumarían a los siete que llevan con precios por debajo de los costes de producción y acumulando pérdidas. Este 2015 está siendo un año negro para los productores de la comunidad, que tienen sus cuentas en números rojos. Pese a que el Ministerio de Agricultura y parte del sector firmaron a finales de septiembre el acuerdo lácteo para garantizar precios "sostenibles", en Galicia cada explotación ingresó en octubre -último mes del que hay datos- unos 6.520 euros, un 35% menos que los 10.108 de media en el resto de España. Los números son todavía más alarmantes si se comparan con los ingresos de otras autonomías como Comunidad Valenciana, con 63.187 euros de media y que supone ocho veces más que lo que percibe un ganadero gallego. Una diferencia similar existe con otras comunidades como Aragón, Murcia o Cataluña, donde la industria paga una media de 32 céntimos por litro de leche, cuatro más que en Galicia.

La comunidad gallega acapara el 40% del total de la producción estatal y concentra la mitad de los productores. En las autonomías que más perciben de la industria se produjeron menos de 10.000 litros en cada caso pero ninguna de ellas cuenta con más de una treintena de grandes granjas y todas cobran más que las pequeñas y familiares de Galicia. Por ser la comunidad con los precios más bajos de toda España y la única donde el precio por litro se sitúa por debajo de los 30 céntimos, cada granja gallega pierde cada mes más de 400 euros respecto a la media nacional -unos 3.000 durante los siete meses de esta campaña- y dejan de ingresar hasta 1.234 euros mensuales por no recibir los 34 céntimos que necesitarían para cubrir los gastos. La tarifa media de la mayoría de autonomías ronda los 32 céntimos, pero destaca el caso de Andalucía con 34 y sobre todo Canarias con 45 céntimos por litro de leche.

Las explotaciones gallegas arrastran pérdidas desde el pasado abril cuando comenzó la actual campaña láctea con una media de 27 céntimos por litro, siete menos que los que se necesitan para cubrir los costes de producción. Se trata de la cuantía más baja desde 2009 cuando los ganaderos, igual que hicieron este verano, sacaron sus tractores a la calle para reclamar precios dignos. Lejos quedan los 45 céntimos por litro que llegaron a cobrar los productores en 2007 cuando la leche era conocida como "el oro blanco".

Las imágenes de este verano de las tractoradas en todas las comarcas lácteas, los bloqueos a la industria y una huelga de entregas de tres días reflejan la situación dramática que viven las explotaciones gallegas. Desde 2008 el ritmo de cierres ha sido de unas 500 granjas menos por año, las mismas que ahora que están "en quiebra" pero que seguramente no dejarán la actividad por las deudas que aún tienen pendientes, según explican desde el sindicato Unións Agrarias (UUAA). En Galicia no se produce leche a precio de oro y tampoco es el país del millón de vacas. Los 9.213 productores que venden leche a la industria son un 30% menos que los 13.456 de 2008, es decir, unos 4.200 menos. La cabaña se redujo en una década en un 40%, al pasar de las 754.514 vacas de leche contabilizadas en 2002 a las 325.811 de 2012, según los últimos datos del Instituto Galego de Estatística (IGE).

Desde el inicio de la crisis el lácteo gallego ha vivido épocas de vacas flacas y gordas. Del oro blanco de 2007 y 2008 se pasó a la gran crisis de 2009 seguida de tres años de tarifas bajas rozando los 30 céntimos. El campo gallego recibió un balón de oxígeno en 2013 que permitió a los productores pagar los créditos pendientes, mientras otros incluso se animaron a comprar más ganado y a modernizar sus instalaciones. El año pasado la tendencia volvió a cambiar hasta tocar fondo en esta campaña con precios entre los 27 y los 28 céntimos, los más bajos de los últimos seis años. Las movilizaciones del verano con las tractoradas y los boicots a la industria quedaron aparcadas desde septiembre cuando el Gobierno aprobó el acuerdo lácteo.

Pero dos meses después de su aprobación los ganaderos gallegos denuncian que la distribución solo ha subido los precios en los supermercados sin que este incremento repercuta en lo que reciben los productores. Por eso, exigen que el Gobierno publique el decreto con los precios entre los eslabones de la cadena alimentaria -distribución, industria y ganaderos- y que lo haga antes del 20-D para no tener que volver a empezar. Por eso, estas semanas de campaña son clave.

Estos días ya protestaron en varios centros de distribución de las grandes ciudades y no descartan protestas más duras y agotar todos los cartuchos para cerrar este 2015 con una solución para la crisis del lácteo.

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