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Los partidos aparcan hasta después del 20-D fijar los fondos para sus gastos internos

La Xunta cargará las ayudas a los presupuestos tras los comicios -Esta vía de financiación se suma a las subvenciones electorales, que crecen un 33%

Vista del hemiciclo del Parlamento durante un pleno celebrado el mes pasado. // Xoán Álvarez

La campaña electoral que oficialmente arrancó esta semana, pero oficiosamente lleva meses en marcha, no resulta el momento idóneo para revelar los fondos públicos que la Xunta inyectará a los partidos políticos por primera vez en la historia autonómica con una fórmula destinada a sufragar sus gastos de funcionamiento similar a la aplicada a nivel estatal. Las fuerzas con representación en la Cámara gallega han aparcado hasta después de los comicios la negociación de la cantidad que se repartirán y que luego el Ejecutivo autonómico cargará a los presupuestos de 2016.

El pasado mes de agosto, el PP aprobó en solitario, con la abstención del PSdeG y el voto en contra del resto de la oposición, la nueva ley de financiación de los partidos políticos. Esta eleva un 33% las subvenciones electorales y además blinda una financiación pública con cargo anual a los presupuestos autonómicos de los gastos de funcionamiento de cada formación con representación parlamentaria. De esa forma, se pretende garantizar fondos mínimos para las plantillas y sedes de los partidos, de igual manera que reciben recursos públicos los sindicatos o la patronal, que este año recibieron 2,3 millones, dos menos que en 2009.

Las cuentas para 2016, sin embargo, no cuentan de momento con euro alguno para esta vía novedosa. "En el presupuesto no figura una partida concreta nominal porque aún se desconoce cuál será la cantidad exacta. El objetivo es que sea determinada por el Parlamento y después será dotada por Facenda", explican fuentes de la Vicepresidencia.

A cambio de más subvenciones, se veta el acceso a estas ayudas en caso de recibir donaciones superiores a 50.000 euros o de personas vinculadas a empresas que contraten con la administración. La Xunta señala este cambio como una fórmula para reducir la financiación irregular y garantizar unos mínimos fondos a las fuerzas políticas para desarrollar su trabajo. Algunas como PSdeG y BNG despidieron a gran parte de sus plantillas debido a la pérdida de escaños y, por tanto, fondos. "Se trata de ir hacia un modelo de financiación mayoritariamente público de los partidos y se crea esta línea para compensar las grandes restricciones que se hacen a las donaciones de empresas y particulares", alegan desde el departamento.

Fuentes parlamentarias confirman que el asunto no se ha puesto sobre la mesa aún. El PP tiene intención de abordar el asunto después del 20-D para evitar un debate incómodo en campaña. Durante la tramitación parlamentaria de la ley, por cierto, este blindó la nueva vía de financiación, que en el texto original aparecía como una posibilidad.

Una vez se celebren las generales, el PP se pondrá en contacto con PSdeG, AGE y BNG para tratar de consensuar una cifra a repartir. Los presupuestos autonómicos se aprobarán en el Parlamento el día 22, seis días después cada formación deberá haber presentado una declaración responsable de cumplir los requisitos para beneficiarse de estas subvenciones. En un plazo no superior a diez jornadas a partir de entonces, la Xunta les notificará cuánto dinero les corresponde, que será prorrateado entre los doce meses del año e incluso en días cuando se celebren autonómicas.

Los fondos se repartirán entre las fuerzas con representación en la Cámara y entre los miembros de una coalición como AGE (Anova y EU), que no existe como partido. El 60% del presupuesto se concederá en función de los votos y el 40%, según los votos.

Un sistema similar se aplica ya a nivel estatal. El Gobierno concedió el año pasado 52,7 millones a las fuerzas con presencia en las Cortes, de los que 25,2 correspondieron al PP, 16 al PSOE y 318.000 al BNG.

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