Gobierno provincial y oposición en la Diputación de Ourense están en guerra y han enterrado el diálogo anunciado al inicio del mandato, después de que se conociese la denuncia de una mujer ante la Fiscalía, acusando a José Manuel Baltar, presidente de la institución, de ofrecer trabajo a cambio de mantener relaciones sexuales en 2010. Este asunto generó ayer una bronca sesión plenaria.

El portavoz socialista, Ignacio Gómez, anunció incluso que su grupo denunciará lo sucedido, después de que la Policía Nacional impidiese el acceso al edificio provincial a varias personas. Su acción irá dirigida contra Baltar, diputados, responsable de protocolo y porteros de la institución. "Hay alcaldes que por menos fueron inhabilitados", expuso Gómez tras protagonizar un altercado con varias personas en la corporación provincial. Denunció insultos que casi derivaron en agresiones. Esta situación provocó que la oposición -Democracia Ourensana y BNG exigieron explicaciones también por los controles de acceso- abandonase la sesión de nuevo.

Por su parte, Baltar comparecía en pleno dos días después de que dimitiese el Comité de Ética de la institución por entender que sus explicaciones sobre el caso no era suficientes. El dirigente justificó el control en la sesión y acusó al PSdeG de enviar mensajes "movilizadores en las que se insta a atacar en todos los frentes" para "reventar el pleno", en alusión a un supuesto mensaje enviado por la secretaria de Organización de los socialistas, María Quintas, en la que pedía la presencia de miembros de su partido para protestar en la sesión plenaria.