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Prácticas de riesgo virtuales

Adolescentes admiten no percibir "bien" el peligro de enviar imágenes íntimas - Una parte de los menores recurre al "sexting" para "llamar la atención" de sus compañeros

"Piénsalo antes de darle al clic". Ese es el mensaje fundamental que los expertos, entre ellos la community manager de la Policía Nacional, Carolina González, le trasladaron ayer, en una jornada sobre ciberviolencia de género celebrada a instancias de la Valedora do Pobo, a un centenar de menores de 12 a 17 años de siete centros educativos gallegos, entre ellos del IES Castro Alobre de Vilagarcía. Porque una vez que se hace clic y se comparte una fotografía, "se pierde el control sobre ella". Sin embargo, los adolescentes gallegos, apuntó ayer el presidente del Colexio de Enxeñaría Informática, Fernando Suárez, son "muy confiados".

Lo demuestra un estudio de la Universidade de Santiago que reveló que en torno a 27.000 contactaron con extraños por la red y a unos 3.400 los amenazaron con publicar vídeos o imágenes íntimas suyas (sexting) sin su permiso, tema que ayer centró los debates. Pero también lo admitieron ellos mismos en una jornada en la que participaron activamente. De hecho, una de sus conclusiones fue que "no perciben demasiado bien el riesgo que implica la transmisión de ciertas fotografías" y "la necesidad" de establecer un mayor "autocontrol" y también por parte de los padres.

Si el estudio de la USC apuntaba que el 4% de alumnos de la ESO habían enviado a otros fotos íntimas, en el grupo de trabajo "Violencia y control", coordinado por Fernando Suárez, "más del 50%" de los asistentes conocía "casos cercanos" de prácticas de "sexting". Además, los chicos admitieron que "en ocasiones" esa "subida de imágenes o su transmisión o incluso la transmisión de la propia imagen" se utiliza como un "intento de llamar la atención de los compañeros" y ganar una "popularidad" de la que se carece.

Al coordinador de la mesa le sorprendió el "machismo" en los adolescentes o que no perciben la necesidad de denunciar estos comportamientos. "Es como si se viesen naturales", apuntó la experta en Filosofía del Derecho Sonia Rodríguez-Boente, que redactó y leyó las conclusiones. Esa percepción se extendería al "acoso en general", que es visto como "algo normal".

Para los escolares, según reveló esa sesión, las redes sociales suponen "un nuevo método de presión social que tiene una mayor fuerza que la presión que puede ejercer el ordenamiento jurídico". Como indicó Rodríguez-Boente, "para un menor de 16 años, el que lo eliminen como amigo puede ser peor visto en su entorno social que que le llamen del juzgado porque le han presentado una denuncia".

Si por la tarde hablaron los adolescentes a través de las conclusiones de los grupos de trabajo, antes escucharon a los expertos, casi todos consejos que incidían en que más vale prevenir, en lo que coincidieron la Valedora do Pobo, Milagros Otero; Adelino Pose, director de instituto; Teresa Egerique, de la Universidade de Vigo, Fernando Suárez, Sonia Rodríguez-Boente y Cristina González. Esta conminó a los menores a evitar el "sexting" porque pueden acabar siendo víctimas de "extorsión" y "chantaje" y les recordó que el "amor de su vida" puede no serlo luego e intentar "vengarse". González fue más allá de aconsejarles "no compartir información" al recordarles que el teléfono se puede robar o hackear. Pero si se da el caso, incidió en que "no cedan al chantaje" y lo cuenten a alguien de confianza o a la policía "a la primera amenaza" que reciban.

Otras sugerencias que les hicieron ella o los otros expertos fueron no aceptar invitaciones de desconocidos en las redes, no difundir contenidos íntimos de otros, evitar divulgar contraseñas y datos personales, no consentir intentos de control o el no callarse si saben de casos de acoso escolar, de violencia de género (cada vez con "más presencia") o de otro tipo. González añadió la conveniencia de un "contrato" entre padres e hijos sobre el uso de la red.

A los menores, según revelaron sus preguntas, les preocupa si las fotografías se pueden borrar de internet o cómo probar que no dieron permiso para publicarlas.

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