La larga crisis económica, con dos recesiones prácticamente sin descanso de por medio, se llevó por delante una cuarta parte de la facturación de las empresas gallegas. No había quien comprara sus productos. A la parálisis del consumo se añadió el cierre del grifo del crédito durante la también prolongada reestructuración financiera, tanto para aquellas que necesitaban cambiar las condiciones de sus créditos y evitar el impago, como para los negocios que aguantaron el golpe y urgían una inyección de recursos que les ayudara a seguir creciendo. Entre 2008 y 2012, las pérdidas acumuladas por las compañías asentadas en la comunidad superaron los 28.100 millones de euros. Seis de cada diez cayeron resultados negativos. El resto, las que aguantaron el temporal, vieron cómo sus ganancias mermaron a mínimos, hasta el punto de que en 2012 el conjunto de todas las empresas de Galicia arrastró números rojos de más de 9.300 millones de euros. Un estratosférico quebranto en las cuentas que, en solo un año, durante 2013, descendió el 66%, según los datos publicados ayer por la Agencia Tributaria.
El de 2013 fue así el ejercicio de la salida oficial de la segunda recesión en el país y el de la vuelta a los beneficios de la empresa gallega. Las algo más de 85.000 firmas obligadas a declara el Impuesto de Sociedades -las que ingresen más de 100.000 euros- arrojaron un resultado de 1.753,4 millones de euros. En positivo. El volumen de ganancias global sale de la diferencia entre los 5.209,7 millones que perdieron casi 52.000 compañías con sede en la región y los alrededor de 7.000 millones que ganaron otras 33.000. En su caso, con un incremento nada despreciable, todavía en tiempos de parón de la actividad, del 17%. El pico de las ganancias está, eso sí, muy lejos. Fue en 2006. Frente a las pérdidas de 1.300 millones, los beneficios rozaron los 7.300 millones.
El giro en las cuentas coloca a Galicia como la cuarta comunidad con mejor resultado empresarial. Solo le superan Madrid, donde la diferencia entre pérdidas y ganancias dejó un resultado en positivo de 28.600 millones; de 9.500 en Cataluña; y 4.700 en País Vasco. La suma de las cuatro permite que el dato nacional sea también de beneficios, 40.400 millones de euros, mientras que los números rojos de 2012 se dispararon por encima de los 94.500 millones.
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La producción de las empresas gallegas -de las 84.700 que pagaron el Impuesto de Sociedades y no son sociedades financieras- alcanzó en 2013 los 80.322 millones de euros, lo que representa un incremento del 0,2%. Su gasto en materias primas, sin embargo, siguió a la baja por la aún baja demanda. Un 2% menos, hasta los 62.660 millones de euros. El valor añadido de la actividad empresarial ascendió a 17.700 millones, con un ascenso del 9% respecto al ejercicio anterior, según el detalle de las cuentas de resultados desvelado por el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda.
En el reequilibrio de esas cuentas tiene mucho que ver, como sucedió durante toda la crisis, la contención del gasto en personal. Entre 2012 y 2013 bajó un 3,7%. Si vamos más allá, hasta el estallido de la crisis, el pago de salarios, cotizaciones, planes de pensiones e indemnizaciones disminuyó un 15,7%, en 2.150 millones de euros.
La mejora se nota especialmente en el resultado de explotación, 2.600 millones, después de un aumento del 145%. El resultado financiero cambia de signo. Y suma. Más de 225 millones. Lo que sitúa el resultado antes de impuestos en 2.864 millones de euros. El desembolso de Sociedades se llevó 807,1 millones de euros.
La deuda de las empresas gallegas, entre los préstamos y las emisiones a corto y largo plazo, cerró 2013 en 37.500 millones de euros. Son 1.932 millones menos que un año antes, una caída del 5%. El total de activo que acumulan asciende a 147.000 millones. El patrimonio neto se situó en 69.175 millones, de los que 64.153 son fondos propios. Las compañías acumulaban 16.600 millones pendientes de cobrar.
