El jurado popular tuvo clara su culpabilidad: Mónica Juanatey, la madre de 34 años natural de Noia y residente en Menorca, había ahogado a su hijo, para después meterlo en una maleta y abandonarlo en un campo. Después de encontrar la maleta con el cuerpo del niño, en 2010, la madre había confesado en la declaración policial que había abandonado en una maleta el cuerpo de su hijo en el verano de 2008. Sin embargo, durante la celebración del juicio Juanatey expresó que no recordaba el momento de la muerte. El abogado de Juanatey, Carlos Maceda, decidió recurrir la sentencia que condenó a Mónica. Para el letrado, el proceso presentaba "incongruencias", tanto en la votación del jurado como en las pruebas sumariales. Para Maceda, varios miembros del jurado deberían haber votado en contra de la culpabilidad de Juanatey porque creían que la acusada padecía un trastorno mental. Si hubiese sido así, el jurado no tendría mayoría para condenar.