La abogada defensora de Alfonso Basterra, Belén Hospido, ha asegurado este viernes que no considera que en la muerte de Asunta exista el agravante de "alevosía" y ha pedido la puesta en libertad de su defendido hasta que haya una sentencia.

Después de que el jurado popular leyese su veredicto, que declara culpables de asesinato a ambos padres, Belén Hospido ha rechazado que exista "alevosía" en el crimen, por lo que ha indicado que se corresponde con un "homicidio" y no un asesinato.

"No se puede dar una calificación de alevosía si queda alguna posibilidad de defenderse", ha dicho la letrada, para quien "en este caso queda clara esa posibilidad". Al mismo tiempo, ha reclamado que el agravante de abuso de superioridad se "englobe" en el de parentesco".

Teniendo en cuenta estas circunstancias, ha pedido la pena mínima para su cliente, de 12 años y medio de prisión y, en caso de considerarse un asesinato con agravantes, se ha decantado por los 17 años y medio.

En cuanto a la situación personal de Alfonso Basterra, ha pedido que sea puesto en libertad hasta que se conozca la sentencia y ha dejado entrever que prevé recurrila.

Falta de pruebas de cargo

La falta de pruebas de cargo contra el padre de Asunta Basterra ha llevado a su letrada a proclamar la presunción de inocencia y hacer hincapié en su buen papel como padre como argumentos principales de su defensa.

Así, la abogada de Alfonso Basterra ha sostenido durante el juicio que su defendido no salió de casa esa tarde y que no supo nada de su exmujer hasta que ella, sobre las 21.30 horas, le llamó para decirle que Asunta había desaparecido.

Aunque ha reconocido que Basterra compró en todas las ocasiones el Orfidal, ha asegurado que era para Rosario Porto y que en todas las ocasiones le dio las cajas sin tocar, por lo que no estuvo haciendo acopio y no conocía los episodios previos de sedación. Sobre este punto en particular, ha dejado caer que en todas las ocasiones antes de las ocasiones en que Asunta fue sedada a clase durmió en casa de su madre excepto una, en la que vino cenada del piso de Porto.

Alfonso Basterra se ha aferrado en su relato a que no sospechó que Asunta pudiese estar siendo sedada porque tenía "rinitis alérgica" y debía tomar algún tipo de antihistamínico. Su abogada defensora también ha reclamado la necesidad de cerrar este caso para poder buscar al "verdadero culpable".