En las 188 hojas de la larga y densa sentencia, donde se reproducen incluso buena parte de los informes periciales que el tribunal seleccionó para emitir su veredicto, apenas hay rastro de las palabras de los testigos ni tampoco de los acusados. De hecho, el argumentario de los tres jueces encargados del caso se asienta casi exclusivamente en uno de los muchos dictámenes que existían del Banco de España y en la de la perito de la Dirección General de Seguros. "Está practicados por funcionarios del Estado designados por el juzgado en su labor auxiliar imparcial e independiente", justifica el fallo. "Se complementan entre sí sin tacha de incongruencia", incide la sentencia, que los enlaza además con las declaraciones de los encargados de supervisión y también con la comparecencia de José María Castellano, el que luego fue presidente de NCG y una de las excepciones en esa decisión de los magistrados de obviar las pegas puestas por los peritos de las defensas.

En definitiva, "la prueba pericial de las acusaciones" resulta "más convicente", reconoce el tribunal, que las de parte, sobre las que asegura que no pudieron "desvirtuar" la "prueba conjunta" realizada en el juicio.