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Galicia, ¿sitio distinto para Podemos?

-Pablo Iglesias ofrece en Valencia una coalición con su nombre en primer término a Compromís -Esa fórmula no se aplicará para crear la Marea gallega, sostienen fuentes de la negociación

Beiras, derecha, con Iglesias en A Coruña en julio. // 13Fotos

Galicia, sitio distinto era el título de una canción de Os Resentidos y quizás la etiqueta con la que defina Podemos este córner atlántico, donde parece negociar un pacto para las elecciones generales que no está dispuesto a ofrecer en territorios como Valencia. En esta comunidad, el partido de Pablo Iglesias ha puesto sobre la mesa de Compromís una marca con su nombre, Podemos-Compromís-És el moment; dos número 1 de las tres candidaturas provinciales al Congreso; y la promesa de permitirles actuar con autonomía dentro del equipo de Podemos debido a la imposibilidad de crear un grupo parlamentario propio si en su marca figuran las siglas de un partido que concurren en el resto del territorio.

Esa oferta ha sembrado una profunda división en Compromís, en cuyo seno es rechazada de frente por el Bloc Valenciá. Esa fuerza acumula un gran poder tras las autonómicas de mayo y su número 1, Mónica Oltra, es vicepresidenta de la Generalitat y portavoz del gobierno. A pesar de ello, Podemos no ha cedido a crear una marca nueva donde todos sus aliados tengan el mismo peso que ellos mismos. Sin embargo, en Galicia la negociación avanza por ese camino.

"Galicia hará lo que no se hace en Valencia y probablemente no se haga en Cataluña", apunta una fuente cercana a las negociaciones entre Podemos, Anova, EU y las Mareas urbanas para cristalizar en una candidatura conjunta, toda vez que el acuerdo para unir al BNG y a fuerzas como Compromiso supone una quimera desde hace semanas y un imposible tras los reproches cruzados los últimos días entre Xosé Manuel Beiras, de Anova, y Xavier Vence, portavoz nacional del BNG. Este último responsabilizó ayer al primero de "mentir" al acusar al Bloque de torpedear la candidatura gallega "o de estar en Marte".

Tras un verano de negociaciones, Podemos firmó a principios de mes un preacuerdo político para sellar una candidatura "de unidad popular" junto a las dos citadas organizaciones, un síntoma de que se habían desbloqueado las negociaciones que encallaron cuando Pablo Iglesias desembarcó en Galicia para tratar de convencer a Beiras e incluso abordar su posible candidatura al Congreso. Nada de Podemos-Marea, le dijeron entonces; solo aceptarían una Marea gallega. A secas.

Anova y las Mareas, como han mostrado en varias declaraciones los alcaldes de Ferrol, A Coruña y Santiago, apostaban por una marca nueva que evidenciase esa unidad popular, mientras Podemos se encontraba atado al acuerdo de sus bases de que su nombre figure en la papeleta seguida de un guión y un posible socio. A pesar de ello, firmaron el citado pacto.

Paradójicamente, en Valencia el partido morado no ha cedido ante un grupo con poder institucional y decisivo para descabalgar al PP del gobierno valenciano y sí podría hacerlo ante Beiras y los suyos, cuyo aval son las tres alcaldías urbanas, bandera junto a Barcelona y Madrid de las listas de unidad, y el lastre de las crisis internas en AGE.

La firma del preacuerdo fue entendida como un gesto de desbloqueo, que luego reafirmó el secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, que consideró hecho el pacto para ir de la mano al 20-D. Fuentes cercanas a las negociaciones divergen sobre el grado del éxito y algunas mantienen sus dudas, a la vista de lo sucedido en Valencia.

Por el momento, desde Galicia se ha puesto sobre la mesa crear una coalición con nombre Marea y entidad propia -si logra el 15% de votos y 5 escaños podría tener grupo- y una papeleta en la que figurarían los nombres de sus integrantes. Esta triquiñuela permitiría cumplir con la orden interna de las bases de Podemos.

Mientras, en Cataluña Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha intervenido para tratar de emular el modelo gallego ante la crisis abierta en Podemos debido a su mal resultado en las elecciones catalanas. Todos disponen de tiempo hasta mediados de noviembre, cuando se cierra el plazo para registrar candidaturas.

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