El supuesto "plus de resistencia" durante la doble recesión que la Xunta exprimió para intentar amortiguar el mal sabor de boca que proyectaron los raquíticos datos con los que la economía regional inauguró la recuperación se topó de frente con la cruda realidad. Que no existió. La reciente revisión del Instituto Galego de Estatística (IGE) al comportamiento del Producto Interior Bruto (PIB) reveló que la crisis fue igual de dura en la comunidad que en el conjunto del Estado, con una caída "idéntica", como subraya la propia Consellería de Facenda, del 1,3% anual entre 2008 y 2014. Sin paños calientes de por medio, el alza de tan solo un 0,4% el pasado ejercicio certificó lo mucho que le va a costar a Galicia consolidar el cambio de ciclo. En la primera mitad del actual 2015, el PIB autonómico avanzó un 1,8% frente al 3,1% nacional y, a la espera de conocer la evolución real, la Xunta pronostica un aumento del 2% para todo el ejercicio, mientras que el Gobierno central fija para el país una subida del 3,3%. El proyecto de los nuevos presupuestos gallegos ya no esconde que ese diferencial del que tanto se habló es realmente negativo y que uno de los objetivos es "reducirlo", después, reconoce el Ejecutivo autonómico, "de un inicio de la recuperación económica más lento en Galicia que en España".
La doble velocidad en el despegue de la economía es una de las no pocas debilidades que las cuentas regionales para el próximo año reconocen abiertamente. En ese caso concreto, el del menor crecimiento, la Xunta da por hecho un paso de gigante en 2016, para el que estima un ascenso del PIB gallego del 2,5%. "Si el diferencial entre España y Galicia sería en el 2015 superior a un punto, considerando la previsión de consenso, en 2016 la diferencia se reduciría a dos décimas", recoge el capítulo que las cuentas dedican al "entorno económico".
El matiz de "la previsión de consenso" es muy importante para entender la comparación que hace la Xunta, que no se queda solo con el cálculo oficial del Gobierno para hacerse una idea de cuánto crecerá la economía española. Facenda tiene en cuenta también el veredicto de los organismos internacionales, entidades financieras y centros de predicción varios y llega a la conclusión de que el país crecerá hasta tres décimas menos de lo que sostiene Moncloa. Pero si se cumpliera la estimación oficial, del 3%, el diferencial de Galicia con el resto de autonomías se mantendría en cinco décimas.
El crecimiento de Galicia el próximo año beberá "en líneas generales", según Facenda, del consumo "por el buen comportamiento de los hogares y de la inversión"; y desde la óptica de la oferta, por la industria y la construcción, "que manifiestan una fuerte recuperación de la actividad en la primera mitad del año y se prevé que continúe en la segunda mitad".
El aumento gasto privado se moverá este año alrededor del 2% por "la mejora del mercado de trabajo que, junto con la moderación de los precios y la rebaja fiscal permiten un incremento de la renta disponible". "Además -añaden los presupuestos-, el menor nivel de deuda ayudaría a mantener el nivel de gasto". Aquí, sin embargo, está otra de las debilidades internas de Galicia que salen a la luz. Pese a la mejora, "el crecimiento será inferior al nacional". ¿La razón? "La estructura poblacional gallega, más envejecida", apunta.
La Xunta asume que la estructura demográfica es un handicap para la recuperación. De hecho, en otro de los documentos que acompañan a los presupuestos, el relativo al plan estratégico hasta 2020, el diagnóstico sobre las repercusiones del envejecimiento advierte que en caso de no ser capaces de cambiar la dinámica actual con la población "nos abocamos a un país de escasa relevancia y actividad económica".
Aunque algunos de los efectos que animarán el consumo este año se diluirán el próximo 2016, el Gobierno gallego se agarra a "la mejora del mercado laboral" como causa de un "mayor" todavía aumento del gasto de los hogares, un 2,5%. Lo será también el de las administraciones públicas, un 1,5%. Y el de las empresas, un 5%. "La importante mejora del sector industrial incrementa la demanda de bienes de equipo", explica la Xunta, que destaca el "buen comportamiento" que este año está teniendo además la inversión en las empresas de la construcción, "principalmente en infraestructura", "favorecido por el ciclo político". Por las elecciones locales de mayo y las que se avecinan en diciembre. Sobre las autonómicas de 2016 no dice nada, aunque mantiene que se prolongará el alza "pero en menor magnitud".
La recuperación del sector industrial da de lleno en las importaciones, que aumentarán un 4,4%. Las fábricas necesitan materias primas y venderán más, un 4,1% por encimad e 2015 por el tirón de los países a los que habitualmente se exporta desde aquí, la depreciación del euro y "la ganancia en competitividad", sin olvidar que parte de las adquisiciones vienen de otras autonomías españolas.
En el actual 2015 se está creando empleo neto por primera vez desde 2007. En el último año son 11.700 puestos de trabajo a tiempo completo. "Continuará la tendencia creciente en 2016", indica la Xunta, que no esconde que la reducción de la tasa de paro, del 20,1% que se espera para el cierre de este año al 18,1%, se debe tanto al aumento del empleo -un 1,7%- como de, otra vez, el problema demográfico. La pérdida de población activa.
