El fiscal sostiene, en sus conclusiones finales para que el jurado se haga su propia composición del asesinato, que padre y madre acordaron desde un principio un plan para matar a la pequeña. Si bien abrió la posibilidad de que ella sola se ocupase del paso final, el de la asfixia en casa de Teo (aunque no descarta que él estuviese presente), asegura que ambos lo planearon todo y les falló la parte final, el de depositar a la niña, en la que se dejaron cabos sueltos. Puso en orden todos los indicios y pruebas científicas para expresar al jurado que le administraban lorazepam a la niña, "con todas las retiradas de medicamentos los meses previos, que no se justifican con las bajas dosis" que tomaba Rosario. Basterra lo iba a buscar a la farmacia, insistió.

En los episodios en los que la niña estaba sedada, se ocupaba Alfonso de llevarla a clase, dormía con él esos días. Para el fiscal, falta una explicación clave, que es por qué le daban el medicamento a la niña, "que hasta ahora no lo han dicho". "El suministro previo del medicamento requiere de una explicación suficiente que, de momento, no se ha dado", aseveró.

El día de los hechos no es posible asegurar que Basterra estuviese en Teo, Rosario sí. Hay imágenes, señales de móvil. Basterra basa su coartada en que estaba en casa, con el móvil encendido: "¿Fue más listo él que ella?", preguntó en alto el fiscal en la sala, en el sentido de que quien se expuso para llevar a la pequeña a Teo sería ella. Él aseguró que se enteró muchos días después del fallecimiento que la niña esa tarde había ido a Montouto.

GALERÍA: Todas las imágenes del juicio por el crimen de Asunta Basterra//EFE/X. ÁlvarezGALERÍA

Jorge Fernández de Aranguiz recordó que : "En derecho, tan asesino es quien dispara el fusil como quien agarra". Y expresó que el motivo del asesinato: "Solo lo saben ellos". Ante el jurado ha puesto de relevancia las "mentiras" de Rosario Porto. Aunque ha reconocido que "no se puede condenar por el silencio" de alguien, Fernández de Aranguiz ha señalado que cuando hay la "carga probatoria" de este caso "es exigible pedir explicaciones" y ha puesto de relevancia la "unidad concordada" de las defensas y de los acusados que incluso "se lanzaron piropos entre ellos". "Yo no se si esto se va a mantener hasta el final", apuntó.

El fiscal indicó que se descartan terceras personas y agresión sexual, a pesar de los intentos de las defensas de "desviar la atención". "La mataron aprovechando que no podía defenderse", destacó, recordando que le dieron "de 27 pastillas para arriba" con la intención de "matarla". "La habían drogado varias veces" con anterioridad, añadió, y la niña había asegurado con anterioridad: "Ayer intentaron matarme", en relación al episodio de la noche de julio en el que "un hombre de negro" entró en el piso de Rosario en Santiago. "Un episodio completamente inverosímil", expresó el fiscal.

Dos hipótesis

Hasta ahora el fiscal del juicio por el fallecimiento de Asunta Basterra, Jorge Fernández de Aranguiz, mantenía que los dos habían participado en la asfixia de la niña en la tarde del 21 de septiembre en la casa de Teo, sin embargo, acaba de abrir otra posibilidad en sus conclusiones finales: que solo ella asfixiase a la pequeña, eso sí, en un plan acordado con su exmarido.

En la primera intervención de la jornada de conclusiones definitivas, el fiscal ha propuesto una redacción alternativa a un párrafo incluido en las conclusiones provisionales, el relativo a la asfixia de la víctima. Durante todo el juicio no hubo pruebas de que Alfonso Basterra se trasladase a la finca de Montouto durante esa tarde.

Según la nueva redacción, Fernández de Aranguiz considera que en un momento dado entre que Asunta fue trasladada a Montouto y las 20,00 horas del 21 de septiembre de 2013 "ambos --padres-- o , al menos, Rosario Porto, en ejecución de un plan preconcebido, la asfixiaron hasta causarle la muerte".

La acusación popular, por su parte, ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales, que implican en igual grado a los padres de la niña.

La defensa de Rosario Porto ha reiterado su tesis de inocencia y falta de pruebas y ha añadido a su escrito la narración de los hechos que la madre dijo haber realizado la tarde de la muerte de la menor. "Es imposible que exista prueba alguna contra ella: ella es la segunda víctima en este caso, la primera es la niña", apuntó Aranguren.

También la defensa de Alfonso Basterra ha incluido algunas "precisiones" en el relato y ha pedido que se deduzca el testimonio de los agentes que aseguraron que el ordenador del padre no se encontraba en su domicilio, donde luego apareció, alegando que incurrieron en "falso testimonio", algo que ha sido rechazado por el juez. Insistió en que el Orfidal retirado en farmacia era para ella y asegura que él tampoco sabía hasta muchos días después que la niña había ido con la madre esa tarde a Teo.