Los tres psiquiatras que trataron a Rosario Porto en distintos episodios de angustia, tristeza, desgana y duelo, coinciden en que su paciente sufre un "trastorno depresivo mayor recurrente", es decir, depresiones que se repiten en el tiempo desde que tuvo el primero a los 21 años. En todo caso descartan patología homicida y niegan que un trastorno como el que ella padece, puntual en el tiempo, pueda estar vinculado con los hechos que se le imputan. Así lo expresaron especialistas en Psiquiatría Forense en jornadas previas del juicio, que no afecta a su voluntad ni a a la capacidad de comprensión de Rosario Porto. La tendencia en un cuadro como el de esta paciente sería, en todo caso, si la depresión fuese grave, suicida. "En este caso los pacientes pueden intentar matar a las personas de su entorno para, finalmente, quitarse ellos la vida", indicaron.