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La pobreza se reduce en Galicia en pleno récord en España, pero afecta a 654.000 personas

El porcentaje de gente sin recursos y en riesgo de exclusión cayó medio punto, mientras se disparó a 13,6 millones de personas en todo el país -96.000 están en situación crítica

La recuperación pasa de puntillas sobre, precisamente, los que menos tienen. Durante el pasado 2014, el primer año completo de crecimiento después de la doble recesión, España registró los mayores índices de pobreza de su historia reciente. Muy por encima de las 13 millones de personas, el 29,2% de la población. Casi uno de cada tres residentes en el país, según el informe elaborado por la delegación española de la Red Europea de lucha contra la pobreza (EAPN), una coalición de ONGs en la que se integran organizaciones estatales tan reconocidas como Cruz Roja, Cáritas o la ONCE, además de múltiples entidades autonómicas que trabajan en el día a día con estos colectivos. Son 790.800 personas de pocos recursos y riesgo de exclusión social más que en el ejercicio anterior. El mayor incremento desde el pinchazo de la economía, aunque con evoluciones muy diferentes entre las comunidades. De hecho, la tasa en Galicia, una de las pocas regiones con la tendencia contraria, cayó medio punto, hasta el 23,8%.

La cifra de afectados, sin embargo, sigue siendo muy relevante. Las carencias se ceban con 654.000 gallegos. Cerca de una cuarta parte de la población. En el comportamiento de la pobreza en la comunidad hay que tener en cuenta la propia dinámica demográfica. El número de habitantes cayó un 1,7% desde 2010, unas 49.000 personas; y la reducción entre el colectivo inmigrante, en la diana tradicionalmente de las desigualdades, supera el 12%, unos 14.000 menos, entre 2012 y 2014. A ambas causas se suman el efecto colchón que las pensiones y los sueldos públicos supusieron en estos últimos años -Galicia es uno de los territorios con mayor porcentaje de jubilados y funcionarios-, las medidas de choque impulsadas por las administraciones y el todavía menor impacto del grave problema del desempleo en comparación con otros territorios.

En el caso concreto del riesgo de pobreza, la tasa se situó en el 15,4% de la población en 2014. Solo País Vasco, Navarra y Madrid tienen niveles más bajos. "Excepto un breve periodo, la tasa de riesgo de pobreza ha mantenido en Galicia un suave y continuado descenso que ha supuesto una reducción desde 2009 de 5,2 puntos", destaca el informe anual de la EAPN. Ninguna otra comunidad experimentó un descenso más acusado en los últimos cinco años. Aún así, son 423.000 gallegos en esta situación, de los que 96.000 se llevan la peor parte. La llamada pobreza crítica. Sobrevivir con ingresos inferiores a 332 euros al mes.

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Un 7,2% de la población gallega arrastró el pasado ejercicio retrasos en el pago de la hipoteca o el alquiler. Un 6,6% en recibos del agua o la luz. Un 14% admite que pasa frío en invierno. El 55,3% no puede pensar en vacaciones y un 36,5% en gastos imprevistos porque no cuenta con capacidad para afrontarlos. En total, 155.000 residentes en Galicia sufren privación material severa. Y aquí no hay descenso de afectados. Son el 5,5% de la población de la comunidad, un récord, aunque un punto y medio por debajo de la media nacional. Buena parte de estas carencias están relacionadas con la falta de trabajo. El 15% de los gallegos menores de 60 años vive en hogares con baja intensidad de empleo -donde sus activos estuvieron ocupados menos de un 20% del tiempo que podrían-, otro techo histórico de los datos.

Junto con los incrementos disparados de la pobreza en el conjunto del Estado, la memoria de la EAPN arroja un aumento de "la gran desigualdad territorial". Entre la comunidad con menor porcentaje de pobreza y exclusión, que es Navarra (14,5%), y la que soporta la mayor tasa, Ceuta (47,9%), hay "más de 33 puntos de diferencia". La red llama la atención del sufrimiento para los niños. La pobreza se dispara al 30,1% entre ellos. Y de cómo un contrato laboral no garantiza salir del riesgo. El indicador de baja intensidad en el empleo "sigue empeorando pese a que se dan cifras generales de crecimiento de puestos porque los empleos que se generan son de baja calidad", advierte Carlos Susías, presidente de la EAPN.

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