La intervención de ayer no fue solo del último Debate de la Autonomía de la legislatura, sino también un balance de los dos mandatos de Alberto Núñez Feijóo. De lo difícil que fue gestionar la Xunta durante la etapa más dura de la crisis, motivo por el cual el Gobierno gallego entonces tuvo que "decir no para hoy poder decir sí" como consecuencia de la recuperación económica. Pero ahora, prosiguió, todo ha cambiado y se inicia "un nuevo ciclo". Sin embargo, nada quiso decir, al menos explícitamente, sobre si él participará de esa nueva etapa. Sigue manteniendo la incógnita sobre su futuro.

No obstante, hubo quien interpretó, sobre todo por parte de la oposición, que su discurso sonó a despedida. Por el balance de sus mandatos y por su palabras de despedida en su primera intervención, que no aparecían por escrito en dosier repartido a la prensa. "Gracias por todo, Galicia. En nombre de todos los que formamos parte de este Parlamento y tenemos el privilegio de ser los representantes de un pueblo que hace historia. Gracias por permitirme el honor de ser el presidente en el momento más difícil y también ahora, en el más ilusionante. No existe mayor honor que servir a Galicia, ninguno", proclamó visiblemente emocionado en la tribuna.

Y es que Feijóo se niega a revelar si optará a repetir como candidato a la Xunta por tercera vez o si tiene la vista puesta en Madrid, a expensas de lo que suceda en las elecciones generales del 20 de diciembre, aunque él no vaya en las candidaturas al Congreso. De momento solo dice que piensa en Galicia y que en el primer trimestre del próximo tomará la decisión. Y eso que Rajoy y otros dirigentes del PP han respaldado públicamente su continuidad como cabeza de cartel para la Xunta.

El jeje del Ejecutivo ya arrancó su discurso clarificando que no acudía al debate como candidato, sino como un presidente con la mirada puesta en la Galicia del futuro. "No me presento como candidato a nada, sino como servidor de todos los gallegos. Servidor de los gallegos de hoy y de los gallegos del mañana", declaró.

Feijóo llegó al debate una semana después de remodelar la Xunta en la que muchos interpretan como un gesto más de su disposición a seguir en Galicia y él mismo ayer dijo que fue para "afrontar el futuro con un gobierno renovado y para emplear "nuevos medios" para conseguir el reto de que la recuperación llegue a todos. No dudó en referirse a la remodelación como una "rectificación" tras escuchar a la sociedad.

Si bien en su primera intervención pidió la colaboración de la oposición para garantizar el futuro de los servicios públicos, no utilizar el gallego como herramienta política, elaborar la Lei do Solo e impulsar los cuatro pilares para relanzar la economía, en la última intervención del día cambió el tono y pasó al ataque. Lo primero que le soltó es que entre los cinco grupos minoritarios no forman una alternativa de gobierno. "Si a Galicia no le gustó el bipartito, tampoco va a tener un gobierno entre cinco partidos, cinco escisiones, cinco retales...".

Sabedor del efecto que genera la incertidumbre sobre su futuro, volvió a hablar de ello. "No deberían preocuparse tanto por mi futuro. Lo importante no es el futuro de nadie, aquí en la política sea quien sea, está de paso. Piensen menos en votos y más en personas. Lo que importa no soy yo ni ustedes, es Galicia", dijo. "No deben estar tan pendientes de si sigo o no los doce meses que quedan y sí de lo que hicieron en la oposición durante siete años", añadió. En esta línea, les reprochó que no le ayudaran nada durante la crisis, "desperdiciaron siete años de oposición", y que se hubieran "borrado" ante las necesidades de Galicia.

Y para acabar, soltó otra frase muy medida para despedirse. "El futuro pasa; lo que no pasa es Galicia y mi compromiso por Galicia no pasará nunca", concluyó.