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Una única "superconsellería"

Conde, que suma a industria y economía las competencias de empleo, es el único integrante de la Xunta reforzado

Francisco Conde. // M.G. Brea

El giro en la Xunta que hoy se formalizará con la publicación en el Diario Oficial de Galicia (DOG) de los ceses y nombramientos es la crisis que trae el cese de Rocío Mosquera y las incorporaciones del hasta ahora regidor de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña; la de Melide, Ánxeles Vázquez Mejuto; y el ex de Ferrol, José Manuel Rey; pero también la reforma de las áreas de gobierno del Ejecutivo autonómico. Dos consellerías se parten a la mitad, con Medio Ambiente e Infraestructuras separadas, al igual que Medio Rural y Mar, y una que asume la complicadísima parcela del empleo. La competencia pasa ahora a manos de la Consellería de Economía e Industria. La única "superconsellería" que queda en San Caetano y que visibiliza un reconocimiento a su titular, Francisco Conde, hombre de confianza del presidente Feijóo.

La nota de prensa con la que la Xunta avanzó ayer los cambios justifica el traspaso para "ligar el empleo a la promoción económica y la innovación industrial". De hecho, ya era difícil entender a estas alturas la división cuando buena parte de los planes del equipo de Conde eran, en el fondo, incentivos para la creación de puestos de trabajo.

La estrategia de reindustrialización de Galicia es un claro ejemplo. Economía quiere que en 2020 el sector recupere el terreno perdido durante la doble recesión y alcance el 20% del Producto Interior Bruto (PIB) con 50.000 nuevos empleos "de calidad". Entre fondos públicos y privados, la previsión es mover unos 1.500 millones de euros con la vista puesta la revitalización de actividades tradicionales en la economía regional, la reinvención de otras -el metal o la automoción- y el despegue de nuevos nichos, el caso de la fabricación de drones. Con este paso, de la consellería dependerán las políticas industriales, el Igape, las inversiones de capital riesgo, consumo, comercio, la promoción con Galicia Calidade, las iniciativas para la creación de empleo, incluida la gestión del Servicio Galego de Colocación que acaba de decidir sus primeras colaboraciones con agencias privadas para buscar ofertas a los desempleados. En la comunidad había en agosto más de 280.000 demandantes de trabajo.

De eso se encargaba Beatriz Mato. No solo suelta competencias, sino que cambia completamente de área -llevará Medio Ambiente e Ordenación do Territorio- y cierra la puerta a los quebraderos de cabeza que padece con los cursos de formación y la operación Zeta por la que toda la oposición pidió que se marchara. Tres ex altos cargos están imputados, incluido su antiguo director xeral, Odilio Martiñá.

Rosa Quintana se queda solo con las tareas en mar. Sin medio rural. El enfrentamiento abierto con el sector lácteo le pasa factura. Los ganaderos protagonizaron el pasado mes de septiembre una de las movilizaciones más fuertes de los últimos años en Galicia con tractoradas en Lugo y Santiago para quejarse por los bajos precios de la leche. Fue un verano agitado para Quintana, que en la campaña de incendios salió a negar en varias ocasiones la falta de medios de extinción por la que los brigadistas reclamaron su dimisión.

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