La acusación no dejó pasar la confusión horaria sobre el episodio de una noche de verano en la que un extraño entró de incógnito en el piso de Santiago para, supuestamente, hacer daño a la niña. El episodio del hombre que entra y desaparece también es un punto clave en este proceso, ya que se presentó como un momento peligroso y difícil en la vida de Asunta. Porto acudió a comisaría para comentarlo pero finalmente no denunció. Si en un principio Rosario Porto, en las declaraciones previas, había afirmado que la persona entró en casa sobre las dos y media de aquella noche, ayer indicó que había sido entre las 4 y las 5 de la mañana. La acusación puso el foco en esta contradicción, que fue finalmente admitida por el presidente del tribunal. Después, Rosario indicó: "puede ser que fuese más temprano, no lo sé", dejando entrever cansancio por las horas de interrogatorio. Describió que la persona entró y agarró a la niña: "no sé de dónde saqué fuerza, me tiré encima y soltó a Asunta". Añadió que en el forcejeo ella se golpeó y él marchó corriendo del piso. A la acusación también le chocó que ayer antepuso que había entrado para robar y antes había dicho que era para hacer daño a la niña. Ella puntualizó que ambas cosas son compatibles.